El verbo “cruzazulear” se conjugó de nuevo. La Máquina arrolló con facilidad a las Águilas durante el primer tiempo, pero luego perdió el control del juego y la catástrofe llegó otra vez frente a su odiado rival. Ya es común en ellos.

El “Chaco” Giménez no se tentó el corazón frente a sus ex y pitó dos veces para darle la ventaja a Cruz Azul. El “Gato” Silva hizo el otro, de penalti. Mas la expulsión de Aldo Leao fue la piedra que descompuso a los celestes.

La diferencia de tres goles desapareció en el complemento. Oribe Peralta y el “Chino” Romero picotearon a los locales. América se fue encima sin piedad, hasta que Pablo Aguilar emparejó todo. La voltereta la consumó Silvio en tiempo de compensación.Cruz Azul, demolido, desmoralizado, se quedó en 8 puntos y la Liguilla no aparece en el radar de La Noria, tras ocho jornadas del Apertura 2016. Las Águilas retomaron el vuelo en el estadio Azul, y se curaron las heridas del Clásico Nacional ante Chivas. Por ello escalaron posiciones a costa de su cliente favorito.

Con el motor encendido se presentó la Máquina Celeste. El cuadro buscó pitar desde el arranque y el Clásico Joven maduró muy pronto. El “Jefe” Boy optó por un ataque veloz e inteligente. El “Conejo” Benítez, Joao Rojas y el “Chaco” Giménez inquietaron a la zaga azulcrema de inmediato. América entró aturdido y ni el regreso de Peralta ayudó. Oribe salió con máscara, aunque muy pronto se la quitó.

El equipo cementero realizó la mezcla perfecta, mas su obra no terminó en gol. Julián Velázquez estrelló el esférico en el travesaño. América respondió a esa ofensa de inmediato. El “Cepillo” cayó en el área y reclamó penalti, pero el árbitro no lo marcó.

Luego de ese lapso amarillo, Cruz Azul volvió a adueñarse del balón. Benítez tomó protagonismo. El “Conejo” salió del sombrero para ser el mejor cementero.Christian brilló como titular. Boy le dio la oportunidad de iniciar y el “Chaco” no falló. En un pestañeo Giménez se convirtió en el verdugo crema.

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Ya lo ha sido y lo fue otra vez.El “10” cementero arrancó su revancha a partir del cobro perfecto de un tiro libre. Muñoz voló, pero nada pudo hacer por el esférico. Encarrerado, Giménez no se detuvo y rápido incrementó la ventaja. El “Chaco” selló una gran jugada de Benítez. La tarde fue suya.Benítez volvió a hacer gala de su desequilibrio. El “Conejo” entró al área y fue derribado por la zaga azulcrema.

El árbitro pitó penalti. El inmueble pidió que Giménez ejecutara, mas el “Chato” le dejó el privilegio al “Gato” Silva. El chileno no falló y el Azul era una fiesta. El primer round arrojó un rotundo 3-0 que parecía sentenciar a Nacho Ambriz.

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— LIGA Bancomer MX (@LIGABancomerMX) 10 de septiembre de 2016

El árbitro pitó penalti. El inmueble pidió que Giménez ejecutara, mas el “Chato” le dejó el privilegio al “Gato” Silva. El chileno no falló y el Azul era una fiesta. El primer round arrojó un rotundo 3-0 que parecía sentenciar a Nacho Ambriz.

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Al volver al campo el guión sufrió un cambio abrupto. Cruz Azul se quedó con un elemento menos por la expulsión de Aldo Leao. El colombiano pisó a Güémez y se fue al vestidor entre regaños de Boy. América aprovechó la incertidumbre y acortó vía Peralta.El “Jefe”, acobardado, cambió su esquema. Omar Mendoza entró a reforzar la zaga y Giménez fue sacrificado. Ambriz respondió con el ingreso de Renato Ibarra. América fue más ofensivo y el ecuatoriano fue la clave para la remontada.

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Ambriz no esperó más y decidió darle más fuerza a su ataque. Arroyo entró al campo y en un tiro libre estuvo cerca de acortar la ventaja. Sin embargo, pronto llegaría el segundo tanto azulcrema, obra de Silvio Romero, mediante sólido testarazo.Boy decidió refrescar el campo con el ingreso del “Chino” Rojas y el “Cubo” Torres. Mas las Águilas volaron una y otra vez, hasta que Pablo Aguilar encontró el empate.Eso no fue todo, como un calca de lo que sucedió en la final del Clausura 2013. Romero, en tiempo de compensación, le dio el triunfo a los emplumados. El reloj no se detuvo. Sólo las manecillas del reloj concluyeron la emoción. Cementeros y Águilas se dieron con todo, pero el Clásico Joven se tiñó de amarillo.