El drama futbolístico coqueteó de uno y otro lado. Luego de 45 minutos en el estadio Azul, las alertas comenzaron a sonar del lado amarillo. El América caía 3-0 frente a La Máquina y todo mundo daba por hecho la segunda derrota en fila de las Águilas, justo en un par de Clásicos. La “cabeza” del director técnico Ignacio Ambriz parecía lista para la “guillotina”.

Mas la inesperada voltereta, con cuatro goles azulcremas en el complemento, decretaron un dramático giro en torno a la figura de Tomás Boy. El “Jefe”, quien lucía muy sonriente al principio, terminó por emprender la búsqueda de un culpable y lo encontró en Aldo Leao, quien se hizo expulsar en el comienzo del segundo lapso.

La realidad es que no es nuevo que se hable de la salida del polémico estratega del Cruz Azul. El cese es viable a partir de que  su equipo experimentó una grosera copia de aquella final entre ambos clubes. Otra voltereta histórica que hizo recordar todos los sinsabores que pesan en torno a los cementeros, a partir de su rivalidad con los de Coapa.

Para colmo de males, los rumores aseguran que no agradó a la directiva que el “Jefe” no estuviera presente en la visita de “Billy” Álvarez a la concentración. Eso aunado a las diferencias que ha tenido con el “Maza” Rodríguez y algunos otros jugadores, el presagio de la caída de Tomás toma fuerza. Cruz Azul continúa en crisis y el tema porcentual también juega en contra del explosivo entrenador, que ayer vio cómo explotaba la “bomba” en sus manos, incapaz de salvar a su Máquina, pese a llegar a tener una ventaja de tres goles. Más dramático, imposible.