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11, septiembre 2016 - 22:37

┃ Miguel Angel García

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

LA Plaza México abrió sus puertas de par en par al público para dar paso a su Temporada de Novilladas 2016 y la respuesta no se hizo esperar, ya que el aforo fue copioso en sol y sombra, lo que ha sido un éxito este primer festejo que registró lluvia desde el tercer novillo lidiado. Y los toreros rompieron el paseíllo, escuchándose el fuerte grito del ¡ooolé! que gritó la gente en cuanto el paso doble “Cielo Andaluz” fue entonado por la banda de música. Se brindó un minuto de aplausos por todos los personajes de la fiesta fallecidos en los últimos meses, de México y España.

DOS TIPOS DE CUIDADO

Normalmente, cuando se trata de toreros españoles se habla de escuela, oficio y sitio. Esta vez no fue tan diferente, ya que los ibéricos Juan Pedro García “Calerito” y Francisco de Manuel dejaron ver lo toreado que están. Sin embargo, se toparon con dos gallos de pelea que llegaron son sendos espolones: Juan Pedro Llaguno y Miguel Aguilar, quienes arrollaron a todo al que se les puso enfrente con su extraordinario toreo, que desde ahora los sitúa en dos novilleros con amplio potencial para llegar a ser punteros y en un futuro grandes matadores de toros. Ambos coletas mexicanos dejaron muy atrás a sus alternantes, ofreciendo un toreo aterciopelado, de calidad y temple, sobresaliendo de ambos las maravillosas tandas al natural, de 24 quilates. Y ellos fueron los triunfadores al lidiar los dos últimos novillos, haciendo de los presentes un deleite del bien torear.

Por supuesto el máximo triunfador de la tarde fue el alumno de la escuela Espectáculos Taurinos de México, Miguel Aguilar, quien cortó la única y primer oreja de la tarde.

JUAN PADRO LLAGUNO, TODA RAZA

Toda actitud demostró este joven torero de dinastía. Lanceó por verónicas a su primer ejemplar, para rematar por chicuelinas que conectaron de inmediato por lo ajustado, rematando de revolera.

Y puso banderillas sobrado de ánimos, destacando el tercer par al violín, no certero, pero con toda la disposición que se requiere.

El inicio de su faena fue clara con pases por la derecha y al natural echándole corazón y estilo al asunto. Y fue por el lado natural por donde fimo pasajes importantes, embarcando muy bien al astado y tirando de éste con temple. El novillito comenzó a quedarse corto y en una de esas, se echó al lomo al torero, sin consecuencia por fortuna. Mal con la espada y todo quedó en aplausos.

Ante su segundo, compartió banderillas con Francisco de Manuel.

Emocionante inicio de faena tuvo Juan Pedro, flexionando las rodillas y rematando con el de pecho lentamente. Y más lentas fueron las dos siguientes series donde el torero se recreó a más no poder. Para la tercera tanda por derecha Llaguno ya estaba completamente enredado con el astado, toreando bien ajustado, de largo, con calidad y temple, lo cual conectó sobradamente con el público. Volvió a atacar por derecha sobre la misma tesitura, con extras como un desdén que le salió pintado.

Fue dando de sí el novillo quedándose corto Y aunque hubo intentos por echarle mano, Llaguno supo resolver sin problema. No se cansó de torear y hasta donde el astado pudo. Una pena que pinchó, pero se fue ovacionado a los tercios. El novillo recibió arrastre lento.

MIGUEL AGUILAR, SELLÓ PARTICULAR

Saludó al respetable con chicuelinas de muy buena exposición. Y en eso momento se soltó la lluvia. Por supuesto no mermó en nada al torero, que enseño su oficio y sitio, toreando bien, llevando embebido al novillo en todo momento. Arrecio la lluvia, que no inmutó al torero, quien seguía toreando por derecha con clase y calidad. Muy sobrio, concentrado, sacó el último muletazos del astado; mantiene una línea Aguilar, serio un tanto, pero con un selló muy personal que aunado a su toreo nos deja ver un coleta muy particular. Dejó una estocada que basto y le fue concedida una oreja bien otorgada a petición del público.

Con su segundo salió con toda la actitud por delante para cuajar lances que calaron en los tendidos. Se descaró más el torero para su segunda actuación. Cuajo su primera tanda por izquierda de largo como lo exigió el novillo que se dejaba venir de aquí hasta allá. Bien elaborada e hilvanada. Y nuevamente recetó la misma dosis en otra tanda, con mando y de largo. Cambió a la mano diestra por donde el toro tenía mas temple y se revolvía más rápido, le cuajo pases de mucha calidad que remató con un trincherazo de postal.

Aguilar supo aprovechar las bondades de su socio, que aunque tenía su punto picante, fue clara su calidad y bravura. A mas de la mitad de la faena la gente gritó ¡toro!, ya que en esa tanda el novillo le alcanzó la muleta y se la trompicaba desdibujado la labor, es normal que el novillo se vaya para arriba y que se vuelva más áspero debido a la falta de puyazo. Es por eso que lo hecho por el torero tiene mayor mérito. Y prácticamente a toro parado dejó una estocada, pero no basto y se tiró nuevamente. No sin antes escuchar un aviso. Aplausos al final y aplausos al toro en arrastre

GRISES COMO LA TARDE

Abrió plaza Juan Pedro García “Calerito”, quien jugó muy bien los brazos a la Verónica. Lió muletazos por la derecha de buena estructura y manufactura, pero sin conectar con el público en ningún momento. Sin embargo, dejó constancia de sitio y conocimiento de los terrenos, pese a que no termino de redondear su trasero. Estocada que caló al novillo.

Francisco de Manuel, por su parte, poco consiguió con la capa. Puso banderillas, lo cual tuvo su mérito por lo complicado que ya se había puesto el novillo, que tendía a ser reservón. Y más violento se puso el astado, ante lo que el torero paso cierto apuro sin dejar de buscar hilvanar pases. Siempre estuvo en la línea consiguiendo detalles plausibles. Mal con la espada y con el descabello. Dos avisos.

LOS GARCÍA, EXCELENTE ENCIERRO

Se lidió ganado de Los García que se dejaron meter mano en general. Destacó el quinto de arrastre lento por su bravura y calidad. Si acaso el cuarto fue el más áspero, de ahí en fuera todos tuvieron faenas, calidad y bravura. El sexto fue el más grande, aunque a decir verdad y para una novillada sin picadores, todo el encierro estuvo muy bien presentado.

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