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Mira

13, septiembre 2016 - 9:05

┃ Rafael Huesca

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En pleno drama azulcrema, con el marcador 3-0 abajo, Ignacio Ambriz convenció a sus jugadores en el medio tiempo de alcanzar la hazaña. Les hizo ver que eran capaces de remontar. “Ustedes pueden”, les aseguró en el vestuario del estadio Azul. La confianza que inyectó el estratega del América en los futbolistas resultó crucial. Ellos creyeron en sus palabras y cristalizaron la gesta.

“Nacho nos juntó en el entretiempo, nos dijo que podíamos, que creyéramos, y que él confiaba en nosotros. Por suerte le pudimos devolver esa confianza”, compartió el argentino Silvio Romero, autor de un par de dianas en el triunfo de las Águilas sobre Cruz Azul, 3-4. Por eso, el propio entrenador y la directiva amarilla disfrutaron la espectacular reacción del equipo. “Ellos también lo vivieron con mucha algarabía”, recordó. “Fue un momento muy emotivo”.

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Orgulloso, rememoró que las palabras de Ambriz y la actitud del grupo sirvieron en la misión. “Sabíamos que podíamos dar la vuelta, que no nos teníamos que desesperar”, explicó Romero, en entrevista exclusiva con ESTO. “Que era fundamental seguir los 11 en la cancha. Afortunadamente se dio minuto a minuto. El gol de Oribe (Peralta) fue muy importante para la parte anímica, y después llegaron el resto de los goles, y la historia conocida”, relató. “Más que nada pasó por entregar todo. Meterle un poco más de sacrificio al juego, que todavía no habíamos mostrado. Que iba a ser fundamental estar tranquilos, meterle garra, amor propio y corazón. Esa fue la clave, para primero empatar y después darle vuelta”, explicó.

“La verdad es que fue un momento muy lindo y me dio mucha alegría, porque dimos vuelta a un partido que teníamos perdido. Remontar el 3-0 fue algo muy lindo, épico, justamente porque es como un clásico contra Cruz Azul, y en su cancha. Todos esos detalles son un agravante que hace más importante la victoria”, añadió satisfecho.

Autor de dos goles, uno de ellos el del triunfo, Silvio detalló que especialmente el cuarto “fue de una emoción muy grande”. Sincero, añadió lo valioso que fue para él “que me tocara marcar ese gol, justo el que dio la vuelta y nos permitió ganar el encuentro”.

En ese instante “fue muy emocionante, tanto que me quería abrazar con todos los compañeros”, agregó. “No sabía bien cómo festejarlo. Fue un momento único, porque sirvió para darle vuelta. Tener un triunfo que necesitábamos mucho, después de ir perdiendo 3-0, y luego meter cuatro en un tiempo”.

Definitivamente “fueron muchas las circunstancias, pero nos merecíamos una victoria así”, ponderó. “La merecíamos como un momento de mucho desahogo. Fue un segundo tiempo inolvidable”, aplaudió gustoso.

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Entre sus compañeros se amontonaron las memorias de la conquista del título en 2013, precisamente sobre el mismo rival, al que en ese entonces también le dieron la vuelta. “Como no lo viví de cerca, no lo compartí igual. Sabía del acontecimiento, pero no lo tenía tan presente como los que lo vivieron. No sabría decirte si fue igual o no, calculo que no, porque ganar una final tiene mucha relevancia”, admitió.

Sin embargo, para Romero significó algo inolvidable, porque “es la primera vez que me toca remontar de esta manera”, reconoció. “No serán muchos, porque no se da muchas veces un partido así. Tendríamos que disfrutarlo cada vez que se pueda”.

Ya en familia, Silvio no pudo dormir. Se la pasó en vela toda la noche…

“La emoción todavía me duraba, la verdad. Fue algo muy lindo. Cenamos en familia y ellos estaban ahí, y lo pudieron disfrutar, y vivir de cerca. Fue gratificante para ellos. Luego, de noche, nos costó dormir. Me quedé tarde con mi mujer hablando de lo que había pasado. Así que dormimos poco. Al otro día entrenamos, pero fue una noche que no alcanzó para dormir mucho”, reveló, satisfecho de haber experimentado una de las actuaciones más fantásticas de su vida.