POR OMAR RODRÍGUEZ TELLO/ESTO PUEBLA

PUEBLA.- Tuvieron que pasar muchos años para que la rivalidad Puebla-Veracruz tuviera un partido como el de esta noche, donde Camoteros y Tiburones se exigieron al máximo y dejaron al lado sus limitantes para protagonizar un duelo lleno de goles y que tuvo como triunfador al anfitrión, que se llevó los tres puntos al concretar marcador de 3-2.

Un triunfo que le sabe a gloria a La Franja de Valiño, porque ya tenía dos derrotas consecutivas y el proyecto del técnico comenzaba a generar algunas dudas. Para Veracruz fue un tropiezo fatal porque los Tiburones no levantan y porque parece que Pablo Marini tiene los minutos contados en el banquillo.

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Tras unos primeros minutos de presión local, los Tiburones fueron ganando terreno y otra vez pusieron en aprietos a La Franja con un cabezazo que atajó Cristian campestrini.

El partido se abrió. El deseo de atacar al visitante propició que la zaga camotera dejara algunos espacios y al 19’ Villalva recortó a Dueñas, se acomodó el balón y venció a Campestrini para marcar el 1-0.

La Franja no esperó a recibir otra dentellada, pero los avances que consiguió no llegaron al punto de pararse frente al arquero Hernández. Pero lo que no logró Puebla en el área chica lo fue a obtener fuera de ésta. Alustiza pidió el balón para cobrar un tiro libre, pero lo que sacó no fue una bala sino un cañonazo que dejó sin oportunidad a Édgar Hernández, al 38’.

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Si el partido ya estaba en un buen momento por las dos anotaciones todavía mejoró con otro par en la recta final del primer tiempo. Puebla apenas celebraba el empate cuando otra vez tuvo que remar contracorriente. Una pena máxima marcada al 39 fue convertida en gol por Gabriel Peñalba al minuto 43.

El receso estaba por llegar pero Puebla no permitió que los Tiburones se fueran al vestuario con la mínima ventaja y lo que no pudo hacer Escudero con un disparo al poste lo hizo Alustiza con un penalti bien cobrado al 45. Llegó el 2-2 y también una tarjeta roja para los Tiburones, que se quedaron con diez hombres por la salida de Alan Zamora.

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Las llegadas de los porteños disminuyeron mientras que Puebla, sin ser sumamente peligroso, prometía clavar el tercero. Y así fue. Centro desde la izquierda fue agradecido por el charrúa Robert Herrera porque no tuvo más que encontrarse con el balón para impactarlo y con él sacudir violentamente la red. Llegó el 3-2 para los poblanos y ahí prácticamente fue todo para los escualos. La Franja no tuvo un sencillo cierre de partido, sin embargo, selló la victoria, una que le sabe muy bien de cara a un partido fundamental ante Monarcas Morelia, uno de sus rivales directos en el tema porcentual.