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26, septiembre 2016 - 10:34

┃ EFE

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La dura realidad llega hoy para los Marlins de Miami, que por primera vez y para siempre ya no tendrán más con ellos al abridor estelar cubano José Fernndez, fallecido la madrugada del domingo, a la edad de 24 años, en un accidente de bote en las costas de Miami Beach.

Después de cancelar el partido del domingo que tenían previsto contra los Bravos de Atlanta, los Marlins tendrán que volver a la competición hoy para abrir una serie de tres partidos ante los Mets de Nueva York, que irónicamente iba abrir Fernández.

Hundidos en un profundo dolor, los jugadores y entrenadores de los Marlins se unieron el domingo para recordar a su compañero, y aunque son conscientes que como profesionales deberán volver a la competición, las emociones y los sentimientos como seres humanos va a ser difícil controlarlos cuando salten al campo del Marlins Park.

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El venezolano Martín Prado, extraoficialmente el capitán del equipo, habló en nombre de sus compañeros y trató de expresar con palabras la muerte de Fernández, mientras que Mike Dunn sostuvo la camiseta con el No. 16 de Fernández.

Prado lleno de emoción y tristeza, pero con gran entereza, recordó todo lo que significaba el compañero fallecido tanto dentro como fuera del campo.

Fernández tenía una personalidad extrovertida que contagiaba a todos. Lleno de vida, el lanzador de 24 años de edad era un amante del béisbol. Se divertía interactuando con la gente, desde sus compañeros, pasando por los medios y hasta los fanáticos y los jugadores rivales.

“Cuando pienso en José, pienso en un chiquillo”, fue como Don Mattingly, piloto de los Marlins, que no pudo contener sus lágrimas, definió a Fernández. “Jugaba con alegría de niño, siempre mostrando su pasión por este deporte. Lo recordaré siempre de esa manera”.

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De acuerdo con la Guardia Costera, Fernández y dos amigos fallecieron cuando el bote en el que viajaban se estrelló con unas rocas.

El pelotero, que a los 15 años desertó de Cuba, murió como consecuencia del impacto que sufrió la embarcación, y no fue el cuerpo de uno de los tres hombres que fue encontrado en el agua.

El martes, Fernández lanzó ocho entradas y ponchó a 12 bateadores en la victoria de los Marlins por 1-0 sobre los Nacionales. En sus 76 aperturas en las Mayores, quizás no hubo una mejor que esa última vez que subió al montículo del Marlins Park.

De acuerdo a lo manifestado por uno de los peloteros de los Marlíns, que trasmitió Prado, el propio Fernández les había comentado que el partido ante los Nacionales había sido el mejor de su carrera.

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Detrás del montículo del Marlins Park está pintado el número 16 de Fernández, donde desde después de conocerse la muerte de Fernández, sus compañeros comenzaron a llegar para rendirle tributo.

En un principio Fernández estaba pautado para lanzar el domingo ante los Bravos, pero dicha salida había sido postergada para el lunes con el comienzo de la serie ante los Mets.

Alistarse para volver a jugar será un reto para los Marlins. Así lo entiende Prado y sólo con la unión, el recuerdo grandioso que tienen de su compañero fallecido, será la mejor manera de tratar de superar el difícil momento que les ha tocado vivir.

“No somos robots. Somos humanos y sentimos. Esto tuvo un impacto en cada uno de nosotros en distintas maneras”, admitió el tercera base venezolano.

Sin embargo, Prado también entiende que son profesionales y que tienen que salir a jugar, pero en sus corazones habrá un gran dolor por mucho tiempo porque se han quedado no sólo sin un compañero, sino también sin el “Niño” de la plantilla, el que les daba un sentido especial a todos cuando estaban en el campo.EFE

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