FOTOS: JAMMEDIA

AGUASCALIENTES.- Con cada semana que pasa, Necaxa se consolida como una realidad en el Apertura 2016. La evolución de su funcionamiento lo insinuaba, pero sus resultados lo han venido a confirmar, principalmente luego de su inobjetable triunfo de este sábado por 3-1 sobre un rival que no fue menor, ya que Toluca llegó a Aguascalientes con una racha importante de partidos sin perder. Terminó por sucumbir en la llamada tierra de la gente buena.

EL JUEGO

Necaxa comenzó el juego como un verdadero vendaval que desconcertó de sobremanera a Toluca. Un ataque violento del equipo de Aguascalientes que golpeó fuerte en la zaga escarlata apenas en el amanecer del juego. Un pelotazo elevado encontró la cabeza de Puch. Edson sirvió para Espíndola, quien frente al arco no falló.

Los locales entendieron su responsabilidad en el encuentro. Sabían que el daño estaba hecho y el momento era ideal para hacer más grande la afrenta. Pusieron a prueba a Talavera en un par de ocasiones, hasta que encontraron nuevamente la vía del gol. Ahora fue a pelota parada. Un cobro de tiro de esquina en donde la suerte jugó a favor de los hidrocálidos. Desvío de González sirvió para dejar solito a Isijara. Con la testa el juvenil incrementó la ventaja necaxista.

Bien se dice que el 2-0 es el marcador más engañoso. El ejemplo más claro fue la reacción del Diablo. El visitante agradeció la cortesía con un centro de Gerardo Flores, que fue prendido con atrevimiento por Alexis Vega para colocar la de gajos lejos del alcance de Barovero. ¡Había partido en ese momento!

La reacción roja duro poco. La fortuna no le sonrió a los pingos.

En un contragolpe relampagueante dirigido por Puch, llegó el tecero. Edson se sacudió la marca de dos escarlatas y frente a Talavera fulminó el encuentro.

Si el complemento se antojaba complicado para Toluca, la situación empeoró en demasía con la inferioridad numérica. Antonio Ríos dejó a los suyos al recibir la roja directa e irse a bañar antes de tiempo.

Sabiéndose poseedor de una cómoda ventaja en el marcador y de tener un hombre más en el terreno de juego, Necaxa manejó con sapiencia los minutos restantes. Si bien, ya no fue peligroso e incisivo, supo manejar la pelota, circularla y mantenerla lejos de su área.

Incluso perdonó al Toluca en varias ocasiones. Riaño, Isijara y Riolfo pecaron con gigantescas fallas.

Al termino de los 90 minutos, el mensaje quedó claramente enviado: Necaxa está para más que pelear por no descender. Su futbol lo advirtió, sus individualidades lo reafirmaron y su tradición no dejó espacio para dudarlo. Los Rayos están de vuelta.