LONDRES, Reino Unido (AFP).- El controvertido boxeador británico Tyson Fury se burló este sábado en Twitter de las revelaciones de varios medios anunciando que dio positivo por cocaína en un control antidopaje, al publicar un fotomontaje de él y de Tony Montana, el traficante de droga de la película “Scarface” (Cara Cortada).

Cambió su foto de perfil en Twitter por ese imagen. En ella, el campeón del mundo de los pesados de la WBA y la WBO superpone su cara a la del actor Al Pacino, sentado en una mesa delante de cantidades importantes de polvo blanco, en una escena de la célebre película de Brian de Palma.

Fury, que cambió su nombre de Twitter a TYSONMONTANA, dio positivo por cocaína en una muestra de orina el 22 de septiembre, según la cadena estadounidense ESPN.

El promotor de Tyson Fury, Hennessy Sports, rechazó el viernes comentar esas informaciones.

Según ESPN, Fury fue controlado por una agencia antidopaje especializada en el boxeo y la MMA, la Voluntary Anti-Doping Association (VADA), con sede en Las Vegas. La instancia precisó que no publica sus resultados sin que lo pida el deportista afectado.

Siempre según ESPN, Fury no se expone a una suspensión, ya que el control fue realizado fuera de competición pero en caso de verse imposibilitado para defender sus títulos mundiales, podría ser privado de ellos.

Fury, actual campeón de la Asociación Mundial (AMB) y la Organización Mundial (OMB) -cuando derrotó a Wladimir Klitschko también obtuvo la corona de la FIB, que ahora está en poder de su compatriota Anthony Joshua-, había anunciado el 23 de septiembre que renunciaba a su combate previsto el 29 de octubre contra el ucraniano hermano de Vitaly Klitschko, al declararse “médicamente no apto para combatir”, sin dar más precisiones.

Fury, una figura muy controvertida por sus declaraciones contra las mujeres o sobre la homosexualidad, había sido suspendido provisionalmente el 24 de junio por la Agencia Británica Antidopaje (UKAD), después de la detección de una sustancia prohibida en su orina, en febrero. La suspensión se levantó a la espera de una declaración, que se programó para el 4 de noviembre.