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3, octubre 2016 - 10:15

┃ Luis García Olivo

nota-jordania

GÁDARA.- Día 3 y el país no deja de sorprender. Atractivos para todos los gustos. Desde el devoto cristiano hasta el historiador, que recrea la antigua vida de los romanos en el medio oriente. El político que reflexiona sobre los conflictos bélicos, el geógrafo que estudia la erosión de las colinas, el fotógrafo que capta las mejores imágenes y el trotamundos que cuenta las tradiciones del buen turismo.

Aunque también, y no menos importante, existe el que ama los deportes en pleno país de la Copa del Mundo Femenil. El recorrido fue al norte de Jordania, la frontera geográfica más peligrosa del mundo debido a la guerra en la que están enfrascados Siria e Israel –Palestina–. Gádara es el punto donde convergen Siria, Israel, Jordania, Líbano y el lago de Galileo, aquel en donde Cristo predicó su palabra de paz, pero hoy en día esta misma ha sido olvidada. No obstante, horas de tranquilidad simulan como si nada conflictivo ocurriera entre palestinos y sirios, pero a lo más alto de las colinas del Golan están los cascos azules, aquellos que se encargan de salvaguardar la paz mundial impulsada por la ONU.

A la vista, todo es un valle de tranquilidad, pero las bardas fronterizas y las colinas sin fin dibujan una realidad de otro planeta, sin olvidar que aquí la vida pende de un hilo.

Fuera de ahí, Gádara también regala una pequeña acrópolis grecorromana llamada Umm Qais. Un tanto abandonada y sin la explotación necesaria para el turismo recrea el paso de los siglos en las viejas columnas, cuevas y edificios, imposibles para esconder la mirada de las jordanas, que entre risas y belleza debajo de las pashminas, velos y turbantes, hacen del momento un contexto irreal, un mundo paralelo entre bombas y guerra. (Luis García Olivo / Fotos: Ramón Romero / Enviados especiales)

 

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