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Mira

12, junio 2014 - 12:54

┃ Itzel Ubiarco

herrera

Notimex

El técnico de la selección mexicana, Miguel Herrera, considera que México tiene equipo para ganar la Copa del Mundo Brasil 2014, además señaló que está sorprendido por la conjunción que existe en su plantel, pese al poco tiempo de trabajo que tuvo.

“Sí tenemos equipo para ser campeón del mundo, nos la tenemos que creer, el convencimiento está en nosotros y vamos a buscar estarlo y a tratar de hacerlo”, dijo.

En conferencia de prensa previo al reconocimiento de cancha de la Arena das Dunas, Herrera aseguró que el “Tri” está listo para su debut el viernes ante Camerún.

“La verdad que el equipo, en la disposición al trabajo me ha sorprendido más de lo que esperaba; el tiempo era corto y había que aprovecharlo y ellos lo han hecho más fácil porque han alcanzado el nivel que pretendemos muy rápido, se ven compenetrados y estamos listos, no hay ningún pretexto”, apuntó.

Reiteró que “cada entrenamiento me deja más tranquilo el funcionamiento, sé que cada uno dará el último suspiro para conseguir el resultado y hacer historia, cada que los veo trabajar a mí me entusiasma más”.

Aceptó que es fundamental iniciar esta competencia con un triunfo, sobre todo porque el segundo compromiso en Brasil 2014 es ante el anfitrión.

“No es que sea el ahora o nunca, es el partido más importante porque si no sacas puntos en los dos siguientes es obligación y el segundo es muy difícil y llegas al tercero (con Croacia) teniendo que ganar sí o sí”, apuntó.

Herrera, quien descartó que la alta temperatura a la que se jugará este duelo será un factor en contra, destacó la necesidad de estar bien parados para poder contrarrestar la velocidad de los “Leones Indomables”.

“Escalonarnos. Hemos hablado de la velocidad, pero si no tienen espacios, los jugadores no pueden ser rápidos; si nos escalonamos bien, siempre habrá un tipo apoyando a su compañero para marcar de cerca al rival y en la pelota larga habrá gente que haga coberturas”, explicó.

Finalmente, reconoció estar muy emocionado por estar tan cerca de dirigir en una Copa del Mundo, “empiezo a sentir esos revoloteos, mariposas en el estómago que te dan las ganas de salir a la cancha”.

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