No hay vuelta de hoja. México cuenta con una nueva figura del toreo y en breve estará de regreso para recalcar su hegemonía y consagrarse como una autentica figura del toreo mundial.

¿Que no? Su historia y lo que está por venir son argumentos suficientes para decirlo categóricamente.

Joselito Adame está más que consolidado, sus temporadas en Europa y su paso en México no pueden tomarse a la ligera y menos cuando México está urgido de una nueva figura. De un torero que le de una identidad al toreo mexicano y ese es Joselito Adame por sus múltiples logros a lo largo y ancho del mapa taurino.

Por su cepa, por su comunión con los públicos.

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El mayor de los Adame estará de regreso en pocos días en su país natal para iniciar una temporada con retos mayores, mismos que habrán de consagrar sobradamente al diestro hidrocálido.

No es que tenga que demostrar lo que ya está bastante demostrado. Joselito está de regreso sólo para confirmar que él es el nuevo torero de las masas, al que todo mundo quiere ver.

¿Números? De sobra, para aventar hacia arriba. Las campañas que Adame ha conseguido en Europa ya rebasan las estadísticas que diestros reconocidos de México consiguieron hacer en el cenit de sus carreras. Orejas, salidas a hombros, festejos y más festejos. Joselito cuenta con un historial verdaderamente sorprendente que lo ha situado en España como un torero reconocido y que se le rinde respeto no solamente por las cifras que ha alcanzado en cuanto a resultados, sino por el contenido de su tauromaquia que es toda honradez y valor sin quebranto.

Madrid ha dado cuenta de ello, el Madrid que se sigue haciendo difícil más por el palco de la autoridad que se continúa negando a reconocer que Joselito, que un mexicano, está pegando fuerte en la Puerta Grande para que se abra. Las Ventas ha visto a un Adame cuajar faenas, cortar orejas y también desdeñar una temporada por faltar a su categoría. Éste es Joselito Adame, el que impone fuera de su país por que se lo ha ganado. Históricamente no había existido un torero en esta nueva era que dijera con suma rotundidad, “no”, a Las Ventas de Madrid. Y precisamente este carácter es el que hace, el que encumbra a las figuras del toreo.

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No, ya no es el Joselito de antes, sino el torero importante que arrastra, al que es imperdible irle a ver torear. Los años han marcado al diestro hidrocálido, han dejado huela profunda en su personalidad, en su toreo y han cambiado su forma de ver, ser y entender el toreo.

Adame trae la espada desenfundada y la etiqueta de figura no para presumir, sino para defender su sitio y dejar en claro quien es el que manda. No lo digo yo, sino los recios argumentos que carga ahora mismo. El joven torero quedo atrás.   

¡Ahí viene Joselito Adame!