POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
FOTOS: JORGE BARRERA

NO existe mujer más feliz que la clavadista Alejandra Orozco, quien ha sabido representar dignamente a México en los diferentes escenarios mundiales. Feliz porque a sus 17 años ha logrado superar retos verdaderamente significantes que a su corta edad la ponen en un pedestal envidiable dentro de la élite de los clavados a nivel mundial.

Es pequeña aún, pero su potencial es inmensamente grande y así lo ha patentado desde antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ya que consiguió su clasificación contando con 15 años. Hasta la fecha ha sumado trascendentales competencias que la ubican como una de las cartas fuertes de la Federación Mexicana de Natación y del combinado mexicano ante las citas mundiales.

Recientemente en los Juegos Olímpicos de Nanjing se colgó medalla de bronce y de oro, esta última, histórica para México dentro de las justas veraniegas olímpicas.

Luego se trasladó a Penza, Rusia, al Mundial Juvenil, donde obtuvo la medalla de plata. No han sido nada fáciles las competencias en las que Alejandra ha participado, sobre todo por que la mayor potencia en esta disciplina, China, no dejaba acercarse a México ni a los terceros lugares en años anteriores, ahora está observando cómo saltadores de la talla de Orozco les están pisando los talones.

Alejandra visitó ESTO, que le ha seguido los pasos de cerca desde sus inicios, y en su charla con el director Salvador Aguilera y la subdirectora Rosalinda Coronado indicó que los momentos buenos se han dado de maravilla, pero los malos también existen. Lo que distingue a Ale es que ha sido constante y esto le da una perspectiva halagadora para los compromisos del próximo año, hasta los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Los últimos dos años tan solo han sido una probada de lo que en realidad puede alcanzar esta destacada saltadora; a su edad y con sus cualidades, los Juegos Panamericanos de Toronto y Los Olímpicos de Río de Janeiro serán con toda seguridad una de las primeras cumbres en las que Alejandra se verá como nunca, sin mencionar los Mundiales que aún le aguardan para irse poniendo a tono con miras a las dos máximas competencias, la regional y la mundial respectivamente.

Dos años en los que Ale no ha visto cuartel, ya que la actividad ha sido sumamente agitada, tanto en su especialidad, plataforma, como el trampolín, donde ha dado excelentes resultados. Y entre viajes, concentraciones, competencias y más viajes, finalmente la cada vez más hermosa niña tapatía concluyó su temporada de este año.

Y, tras esta entrevista, se enfiló a su natal Jalisco, a la tierra del tequila y de las guapas mujeres.

“En realidad ya quiero ver a mis papás, a mis hermanos y a mi mascota, Moca (una perrita). Quiero poner en orden mis estudios, pues ya casi entro a la universidad para comenzar a estudiar finanzas y a dedicar tiempo a mi familia, pues no recuerdo cuándo fue la última vez que tuve una gran convivencia con ellos”, señaló Alejandra, portando sus tres últimas medallas ganadas, de oro, plata y bronce.

Merecidas vacaciones se tomará Ale, pues tampoco hay que olvidar que es una niña de 17 años y que de igual forma tiene una vida. Así que, por ahora, a disfrutar unos instantes como aquella pequeña que simplemente con caminar en el parque, acompañada de la familia y con un helado en mano, lo tiene todo en la vida.