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10, octubre 2016 - 8:15

┃ Alejandro Alfaro

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POR ALEJANDRO ALFARO

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

Hay nombres en la historia de una institución que cobran relevancia por la huella que dejaron en su paso. En el caso de América, Ricardo Peláez es de los pocos que puede presumir haber entregado campeonatos a las Águilas en las diferentes facetas que, hasta hoy, ha tenido como parte del club de Coapa.

Hoy, en pleno festejo del centenario azulcrema, el presidente deportivo y exjugador de las Águilas recordó en una charla con ESTO lo que representa para él ser americanista más allá de su posición como directivo.

“Desde que nací le voy al América. Me tocó vivir la faceta de niño aficionado y verlo ganar muchos títulos. Aquella final que pierden con Cruz Azul 4-1 acabé debajo de una cama llorando. A mis 21 años lo vi contra Pumas en ese tercer partido de la 84-85 ganar el título y lo inesperado que fue para mí estudiar y trabajar, y a los pocos días, estar del otro lado, en el entrenamiento con grandísimos jugadores como Zelada, Manzo, Tena Brailovsky, Bacas, Luna, Ortega”, relató con emoción, al tiempo de agregar como dio un cambio su vida después de recibir la oportunidad de quedarse en América, ya que fue intempestiva su llegada al club. Ricardo Peláez estudiaba y trabajaba, pero debido a sus condiciones, fue invitado a hacer una prueba, misma en la que destacó y terminó por debutar a los pocos días con el primer equipo en 1985.

“Para mí fue maravilloso y me cambió la vida radicalmente. Me siento orgulloso de haber podido colaborar en la historia de estos 100 años con algunos goles y algún título. Después, con el paso del tiempo, haber sido jugador campeón con América y presidente deportivo también campeón con estos jugadores, en esta nueva generación, también es un orgullo”, expresó.

En una completa relación de reciprocidad entre Peláez y América, el hoy directivo de las Águilas reconoció la importancia de entregarse a pleno en su etapa como futbolista, misma que, a decir suyo, no cambiaría por nada.

“La faceta como jugador no la cambio por nada. Es la que te abre la puerta para todo lo que hagas después. Debutar en América, jugar en América, ser delantero mexicano y goleador en América, llegar a la Selección Nacional por estar en América, jugar un Mundial por lo hecho en tu equipo”, explicó, y añadió que “después pasa el tiempo, y por todo lo que hice, recibí la oportunidad como directivo. Todo es una consecuencia y la faceta como jugador no la cambio por nada”, sentenció.

SUEÑOS DE LA INFANCIA 

COMO casi todos, Ricardo Peláez también tuvo ídolos y sueños en su infancia, todos relacionados con una pelota y el Club América. Durante la plática con el Diario de los Deportistas, el presidente deportivo americanista recordó el impacto que tuvo para él ver de niño a Enrique Borja, mismo que más adelante se convertiría en su directivo en Necaxa.

“Todo es más importante cuando tienes sueños de niño. A los cinco años me llevaron a ver a Enrique Borja en su tienda de deportes que abrió en San Cosme y después que sea tu presidente como lo fue conmigo en Necaxa fue lo mejor”, expresó.

Y es que dentro de esos sueños de llegar a ser futbolista y vestir la camiseta de la Selección Mexicana, estuvo implicado América, equipo que le dio la vitrina perfecta para proyectarse justo antes del Mundial de Francia 98, al que fue llamado por sus buenas actuaciones con las Águilas.

“Son muchas cosas. Para llegar a Selección Nacional necesitas un proceso; ser titular y afianzarte para alcanzar el sueño máximo que es representar a tu país, y más en un Mundial, como me sucedió en 1998, porque de aquí salí, yo regresé a América y me gane aquí mi pase al Mundial”, expuso.

Pero para poder llegar a esas alturas, Peláez tuvo que empezar desde muy abajo. Dar el salto del futbol amateur al profesionalismo, ganarse un lugar en América, y demostrar que tenía las condiciones y tamaños para ocupar un lugar estelar en un cuadro plagado de estrellas.

En un acto de buena memoria, Ricardo echó la mente atrás y llegó hasta la fecha de su debut, el cual, paradójicamente, tuvo enfrente a Ricardo Antonio La Volpe, con quien trabaja hoy en conjunto en Coapa.

“Debuté con goles ante Ángeles de Puebla el 12 de julio de 1985, contra Ricardo La Volpe, quien dirigía a ese equipo”, comentó, y detalló paso a paso sus inicios con América, los cuales tuvieron como colofón la final del Prode 86 contra Tampico Madero y una hazaña en la que fue uno de los actores principales.

“Empezar con anotaciones, rodeado de grandes figuras, tener un proceso en ese torneo como titular, viniendo de la calle, del futbol amateur, y llegar a la final; perder 4-1 en Tampico. Remontar parecía imposible. Llegamos al Azteca, 0-0 el primer tiempo, nos quedaban 45 minutos para meter tres goles y empatar, y lo logramos. Recuerdo esa jugada. Luna en el área grande, cortó hacia el centro, disparó, rebotó la pelota y llegué a empujarla”, relató.

Al final del día, América conseguiría el campeonato de ese certamen y Ricardo Peláez escribiría su primer gran capítulo en su exitosa historia como crema.

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