ESPAÑA, (EFE).- En ningún momento del año Rosberg y Hamilton han estado separados por más de 50 puntos, que son los que vale la última cita de Abu Dhabi y los que se pueden perder con un abandono. Lo máximo que se han distanciado han sido 29, tanto en Austria como en Bélgica, y lo mínimo, los de ahora mismo, tres puntos, que son apenas una posición delante y detrás en una carrera.

Si en 14 citas ese ha sido el tope, no parece que en cuatro se puedan fabricar un colchón que les daría matemáticamente el título antes de la última carrera.

“No estoy pensando en el título, solo en ir carrera a carrera”, mentía piadosamente Lewis Hamilton, que recuperó el liderato tras cinco meses de ver a su rubio compañero delante. “Esperaba, como mucho, coger siete puntos, pero desde luego ese extra ha sido una gran ayuda”.

Salvo avería, que tendría que ser doble de un mismo piloto para aproximarse a esos fatídicos o mágicos 50 puntos, las cuatro carreras serán un intercambio de guantes y ambos llegarán con opciones. Es lógico pensar que quien quede por delante del otro allí, casi en cualquier puesto, ganará. Es lo que quería Ecclestone y lo que pagó Abu Dhabi con creces para acoger una carrera decisiva.

Para los demás la travesía hasta el desierto será buscando las migajas. Eso incluye a Red Bull y a Ferrari, que pelea con Williams por esa tercera plaza en el Mundial de constructores. Es lo único que obsesiona a los ingleses -es mucho dinero en premios- y lo que Alonso logra defender al sumar 133 de los 178 puntos de la Scuderia. Kimi, a lo suyo.

La desventaja es ahora de nueve puntos con el dúo Massa-Bottas, y pese al subidón de Singapur, Alonso no tiene claro que esto sea más que un pequeño jalón sumado a su idilio con Marina Bay.

“Espero que podamos continuar así, pero necesitamos un trazado normal para comprobarlo, no otro urbano. Suzuka será un test de nuestro estado de forma y nos dirá si hemos dado un paso adelante”, confesó.

Faltan Suzuka, Sochi (que debuta), Austin, Brasil y el propio Abu Dhabi, y al menos tres de ellos premian esa potencia que a Williams se le cae del bolsillo y a Ferrari no le llega. A Mercedes también le interesa retrasar a los de Maranello y Williams contará con la mejor evolución del motor teutón. “Sí que he sentido mejor el coche, pero al final no ha cambiado mucho. En Alemania, Hungría, Bélgica y aquí ha sido más o menos similar, entre tercero y quinto. Son unas carreras en las que parecemos más competitivos y sólo necesitamos el último paso”, concluyó Fernando.