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Mira

17, octubre 2016 - 16:11

┃ AFP

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El Liverpool (4º) y el Manchester United (7º) igualaron sin goles este lunes en Anfield, en el partido que cerró la octava jornada de la Premier League, en un duelo muy físico en el que brilló el arquero español de los Reds Devils David De Gea.

Este clásico del fútbol inglés no será recordado por su virtuosismo. Sin espacio para las sutilezas, ambos equipos derrocharon esfuerzos sobre todo en una primera parte de mucha pelea en el centro del campo.

Con este escenario fueron escasas las ocasiones claras de gol. Tuvo más el Liverpool, sobre todo en el tramo final del partido, pero entonces emergió De Gea con un par de paradas de altísimo nivel que impidieron el triunfo local.

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Tras este empate no cambian las posiciones de ambos equipos en la tabla, que buscan la regularidad necesaria para luchar por el título. El Liverpool queda cuarto (17) a dos puntos del líder Manchester City y el United es séptimo con 5 puntos menos que su gran rival (14).

En una Premier League muy disputada en estos primeros compases, también están en la batalla el Arsenal (2º), con los mismos puntos que el City (19), el Tottenham (3º con 18), el Chelsea (5º con 16) y el Everton (6º con 15). Los siete primeros equipos están separados únicamente por cinco puntos.

En Anfield jugadores de técnica como el brasileño Coutinho en el Liverpool o el español Ander Herrera en los Reds Devils eran inmediatamente anulados en una batalla física al borde de lo reglamentario. Para no provocar un aluvión de amonestaciones, el árbitro optó por el diálogo con los jugadores.

Dos paradas antológicas 

Casi hubo que esperar 30 minutos para contar una ocasión clara. El brasileño Roberto Firmino remató de cabeza desde el área pequeña, pero lo hizo sin fuerza, a las manos de De Gea.

Por los visitantes su mejor opción llegó en el 54, cuando el francés Paul Pogba pudo por fin culminar un regate y poner un balón en la cabeza del sueco Zlatan Ibrahimovic, que remató muy desviado.

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Los equipos empezaban a pagar el peaje físico y las defensas comenzaron a abrirse. De esta forma el alemán Emre Can pudo entrar en el área del United regateando rivales y sacarse un peligroso disparo, pero De Gea, casi sin tiempo para reaccionar, logró despejar el balón (58).

Otra vez el español tuvo que emplearse al máximo en un misil de Coutinho desde muy lejos (70). Voló a la escuadra y rechazó a córner ante la desesperación del internacional brasileño. Fue la parada del partido.

Con la afición empujando, el Liverpool encerró en su área al United, que casi no llegó a la portería rival en la segunda mitad. No le bastó para batir al arquero de la selección española.

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