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Mira

24, septiembre 2014 - 20:54

┃ María Vega

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ESPAÑA.-La ruptura ha sido escenificada en todos sus extremos y desde ambas partes. En Italia sigue el goteo de informaciones filtradas desde el seno de Ferrari, esas que tanto enervan a Alonso. No hay una fuente única, sino múltiple. Es esa facción contraria que se ha reconocido este fin de semana. Hay quien quiere librarse del asturiano por un motivo sencillo: deja en evidencia, cada fin de semana, la incompetencia actual de una escudería histórica para facturar un coche competitivo. Y ellos quieren ahora tres años de tranquilidad. Absurdo.
Esa facción se dedica a hablar de las exigencias inaceptables que plantea Alonso en la posible ampliación del contrato. Tales se centran en el rendimiento del coche y en la petición de una supuesta cláusula de rescisión, que le permita irse si en 2015 todo sigue igual. El asunto de la cláusula no es más que una invención interesada. Fernando puede irse cuando quiera, incluso mañana, sin que haya una penalización insalvable. No tiene más que decirlo y aún no lo ha hecho.
De la misma forma, Ferrari puede prescindir del asturiano cuando le plazca, aunque como pasó con Kimi Raikonnen, abonando un jugoso finiquito. De hecho, este mismo año, desde los despachos de Maranello ya han hablado con Vettel y con Ricciardo para ver la posibilidad de ficharlos. Desde La Gazzetta dello Sport, también se habla de Hamilton. Hace tiempo que la Scuderia tantea el futuro -sin fecha fija, aunque a corto plazo- para tener las espaldas cubiertas. Es la ley de la Fórmula Uno y del mercado.
Para Alonso, el que todo se tense cada hora que transcurre no hace sino precipitar los acontecimientos. Ha recibido llamada directa de Mercedes, interesándose por su situación. No es una vía cerrada, como algunos piensan, y el trueque con Hamilton, avanzado el pasado lunes en estas páginas, es una opción posible, no desmentida por ninguna parte. Por otro lado, La oferta de McLaren, de unos 100 millones por tres años, sigue sobre la mesa. Y tampoco son las únicas.
Lo que sí ha podido solicitar el español son garantías deportivas. No está dispuesto a arar el mismo surco estéril cada temporada. Y eso es lo único que Ferrari no le puede prometer.
De momento, no le han enseñado nada del coche de 2015, ni le han contado la forma en la que piensan mejorar un motor claramente por debajo del de Mercedes. Eso, además de las filtraciones que no cesan, es lo que tiene tan contento a un Alonso que ya no sabe si luchar o hacer como Kimi.