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Mira

31, octubre 2016 - 21:29

┃ Fernando Schwartz

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POR FERNANDO SCHWARTZ

Cruz Azul carga una lápida pesada y esta se acentúa a punto de quedar fuera de la Liguilla una vez más. Dos años, cuatro torneos, donde la Máquina se ha desviado de los objetivos, siendo peculiar en este certamen el minuto 92. Un tiempo de compensación que ha sido veneno puro por distracciones, balones parados, por marcaciones arbitrales o por lo que sea, pero el minuto 92 se ha convertido en una carga más para Cruz Azul.

El equipo ilusionó con la llegada de Boy. Mostraba actitud, menos frialdad, más garra, pero el hecho de no llegar a la Liguilla en el primer campeonato que tuvo, después de entrar como relevo en los últimos cinco de un torneo anterior, comenzó a levantar la presión como una olla exprés que explotó con resultados y actitudes que no van con un timonel para un equipo de la envergadura de Cruz Azul.

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Minuto 92, donde la Máquina rescató dos empates a su favor frente a Monarcas y Atlas, pero en donde tres contra América, Puebla y Chivas terminó perdiendo, siendo que todos esos puntos perdidos al tiempo de compensación, en el minuto 2 de agregado, han partido en dos a los celestes en otra campaña para el olvido. Joaquín Moreno busca cerrar de la mejor manera, siendo casi imposible se logre salvar el boleto a la Liguilla para maquillar un poco todo lo vivido. Este lapso pasa a superar ya por dos años, aquella de 1980 a 1997, dónde Cruz Azul vivió sin campeonato de Liga y llevándose en el camino Concacaf y Copa, más un subcampeonato de Libertadores, siendo que ahora de 1997 a 2016 serán 19 los años, en los cuales la Máquina no estará en el tope.

También es cierto que ha perdido finales en el camino. Cruz Azul acostumbraba estar en Liguilla. Solo le faltaba un paso para ser campeón y como en aquella contra América, que tenían en las manos, la dejaron escapar. Ese ha sido el escenario que se ha vivido, que se ha sufrido y que al momento parece un tobogán sin salida, un túnel donde no se ve la luz y desafortunadamente jugadores van y vienen, técnicos desfilan por el banquillo y pocos son los que sufren lo que se vive en el plantel semana a semana.

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“Chaco” pide gente que quiera al Azul. Corona, “Cata”, “Maza” lo adoran. Eso no tiene la menor duda. Los canteranos se han ido formando bajo la sombra de este enorme paraguas que cada vez se amplía más, porque la tormenta no llega a cesar han sumado factores, como la llegada tardía de refuerzos, unos que ya venían tocados y se lesionan constantemente, amén de que losas que no tocan cargar por no ser en su año, se convierten en tremendos ladrillos a cargar por la espalda, ya que la Cruz invade a todos. No perdona a nadie.

Alfredo está por regresar. “Billy” ha puesto todo a disposición para que se haga lo debido en la cancha. Yayo de la Torre se desvela en busca de soluciones, Carlos del Villar busca poner buena cara al mal tiempo, pero tal parece que lo que sucede en los cementeros es como un karma del cual no se puede salir. Muchos cargan lo que no les tocó, pero que les llegó a influenciar. El ambiente en sí se vuelve tenso cuando las cosas no marchan .Una vez más el Azul está nublado. Un torneo más de decepción, donde la esperanza que muere al último, parece muerta antes de los dos últimos partidos. La Cruz es pesada y el Azul requiere volver a brillar.