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6, noviembre 2016 - 18:59

┃ EFE

irlanda

El estadio Soldier Field de Chicago quedará grabado en la historia del rugby de Irlanda, que logró  su primera victoria ante Nueva Zelanda, por 40-29, en partido amistoso que significa el final del récord de victorias seguidas de los ‘All Blacks’, que quedó fijado en 18.

El espíritu de Anthony Foley, uno de los más emblemáticos jugadores irlandeses fallecido hace un mes, hizo volar al conjunto europeo, que protagonizó una extraordinaria sorpresa para ganar por primera vez a los dobles campeones mundiales.

Los ‘All Blacks’ no fueron en esta ocasión el equipo que ha dominado casi a placer los últimos años, un rodillo tremendo inasequible para sus rivales.

Los jugadores irlandeses, que formaron un ‘8’ en el campo mientras los neozelandeses cantaban la ‘haka’ antes del partido, rindieron el mejor de los homenajes a Foley y desde el principio demostraron que no acudían a Chicago a ver un festival de los ilustres rivales, sino a ser protagonistas.

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El comienzo del partido fue esclarecedor. Johnny Sexton inauguró la cuenta para Irlanda a los tres minutos, y aunque respondió con un ensayo de George Moala Nueva Zelanda, Irlanda fue un vendaval en la primera mitad.

Tres ensayos de Jordi Murphy (m.9), CJ Stander (m.16) y Conor Murray (m.33), más los lanzamientos a palos situaron el marcador en un increíble 25-8 al descanso.

Pero la sorpresa no paró ahí porque Irlanda ‘voló’ hasta el 30-8 después de una nueva marca de Simon Zebo (m.47) ante el desconcierto de los ‘All Blacks’, cuya ambición le permitió no rendirse y soñar con la remontada.

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De hecho, Nueva Zelanda se llegó a situar en un suspiro a cuatro puntos (33-29) después de tres ensayos de TJ Perenara (m.51), Ben Smith (m.55) y Scott Barrett (m.62).

Las abarrotadas gradas del Soldier Field, el estadio en el que se inauguró el Mundial de fútbol de Estados Unidos’94, vibraban con un choque espectacular.

Todo apuntaba a que la remontada neozelandesa iba a ser un hecho, pero volvió a aparecer el espíritu irreductible de los ‘verdes’ y un ensayo de Robbie Henshaw (m.75) y la transformación de Joey Carbery frustraron la reacción de los ‘All Blacks’ y firmaron el histórico triunfo de una gran Irlanda, algo que no había podido conseguir en los anteriores 28 partidos desde 1905.

Dentro de dos semanas se verán de nuevo las caras en Dublín. Nueva Zelanda, que también se medirá en amistosos a Italia y Francia, tratará de tomarse la revancha e Irlanda festejar este éxito ante sus incondicionales en su templo del Aviva Stadium.

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