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Mira

10, noviembre 2016 - 22:15

┃ Luis García Olivo

tri-columbus

Pasadas las 17 horas del tiempo local, México arribó a La Congeladora de esta ciudad, a su primera cita con el frío del histórico inmueble. Abrigados de pies a cabeza, pues todos reconocieron la cancha en pants y sudadera, el “poderoso” Tricolor inmediatamente calentó, con los ejercicios rutinarios se adaptaron a los casi 7 grados y comenzaron a entrarle al contexto “de una nación, un equipo”, como dice el lema de los de las Barras y las Estrellas.

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Osorio, como siempre, haciéndola de utilero a la hora de situar los pinos de trabajo. Mientras los jugadores admiraban el bello estadio del Columbus Crew, que ya luce el contexto del Clásico de la Concacaf con publicidad sobre muros y puertas, con las imágenes de Tim Howard o Michael Bradley.

La bandera estadounidense mira desde la zona de palcos, los Lábaros gringos y mexicanos están acompañados por los de la Concacaf y FIFA; todo está prácticamente listo para el silbatazo inicial.

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En una esquina, en un corner, ambas banderas se unen, la del país del norte con la del sureño, y a lo lejos Osorio ponía atención en cada uno de sus pupilos. En su lista anotaba y palomeaba a los que irán de titulares.

Reconoce el buen momento de varios y solamente se dedica a pedirles el plus en una cita donde tienen prohibido perder, donde caer no está en sus planes. La Selección así nuevamente se reencontró con un viejo conocido, con el Mapfre Stadium que estará tapizado por los gringos y no por los mexicanos que habitualmente acostumbran a llenar los estadios del país estadounidense.

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