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Mira

13, noviembre 2016 - 22:57

┃ Miguel Angel García

nota-toros-adame

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: JOSÉ LUIS GARCÍA

Un solo toro del hierro de Xajay fue el más potable de la tarde de este domingo. Fue Martino, número 110 con 512 kilos que abrió plaza, correspondiente al lote de la nueva figura de México, Joselito Adame. Gran toro, excelente lámina y de bravura notable, aplaudido de salida y con el cual Adame realizó lo más destacado. Pero la espada maldita le negó las orejas que ya tenía en la espuerta y con ello una salida a hombros.

Lo que saltó a la arena después desentonó totalmente con Martino, ya que ni parecieron la de divisa, la cual, acostumbrados nos tiene a la raza que le caracteriza. Tarde nefasta para el ganadero, ya que los cinco toros restantes no colaboraron en lo absoluto por su falta de bravura, echando por la borda el mano a mano que Adame sostuvo con el peruano Andrés Roca Rey.

 

A DESTACAR

Tras el paseíllo, la Porra Libre entregó un reconocimiento a Joselito Adame. Acto seguido, el público llamó al tercio a los toreros para brindarles la primera ovación. El clima estuvo muy apacible; lleno en todo el primer tendido, lleno en segundo de sol y media entrada en segundo de sombra. General, salpicado.

 

MARTINO, EL MEJOR

Destacó Martino, que fue aplaudido de salida por su impresionante lámina; cumplió en el caballo, donde recibió varios puyazos en uno. Gran toro, bravura, clase y calidad ante la muleta y al final fue aplaudido en el arrastre. Esto es lo que verdaderamente es Xajay, del arquitecto Javier Sordo Madaleno.

El resto, muy bien presentados, sin objeción; pero en su mayoría abucheados en el arrastre por la falta de cualidades para llamarse toros bravos. Tarde gris para la dehesa.

 

24 QUILATES

La calidad de Martino y de Joselito de inmediato hizo click, y la conjunción en las verónicas fue algo grandioso. Luego en quites, la figura se lució por chicuelinas. Y tras haberse desmonterado, el banderillero Gustavo Campos, Joselito Adame brindó la faena a su hermano Luis David, quien apareció con un cabestrillo, y quien estaba anunciado para confirmar este domingo. Adame inició con pases tomado a tablas y luego trincherazos para irse al centro del ruedo, e iniciar por derecha con una serie que auguraba faena grande. Y bueno, el hidrocálido se dio a torear con parsimonia, ligando los pases con una tersura celestial, dando una suavidad a los muletazos con temple inigualable. Al natural se prodigió mostrando una muñeca de terciopelo, desmayando además el brazo y alargando hasta allá el pase. Adornó su escultura con desdenes y trincheras de 24 quilates. Faltaba la rúbrica, pero ésta la adelantó sin tener al toro bien cuadrado, por lo que la espada quedó demasiado caída. Adame lo supo y lamentó el hecho. Se le fueron las orejas. Fuertes aplausos para los despojos del toro. Amargo sabor para Joselito, pero le fue reconocida su labor.

Ante su segundo no tuvo opciones para lucir con la capa, el toro no estaba para hacer magia en este tercio. Adame brindó su faena al público, comprometiéndose para lograr un gran trasteo. Pero no fue así, ya que el astado no se empleó, estuvo totalmente fuera de toda calidad para poder acompañar a Joselito en su propuesta. Pinchazo y estocada caída.

Su tercer toro no fue mejor, y aunque Adame estuvo esforzado buscando pases, el toro no rompió en lo absoluto. Y para entonces, el público ya no estaba de contentillo. Le dejó una estocada completa que bastó.

 

VALENTÍSIMA EXPRESIÓN ARTÍSTICA

Fue hasta los quites cuando Andrés Roca Rey decidió saludar al respetable ante su primer astado con una serie combinada, que remató soltando una punta del capote, de pintura. Se fue a los medios tras las banderillas para brindar su faena al cónclave. Y se fue a citar de hinojos al astado, quedando a merced del toro en el segundo pase debido a que el animal perdió los remos, frenando a medio pase y haciendo por el torero, quien de milagro se salvó de la arropada. No conforme volvió a repetir la dosis y esta vez la cuajó en grande. Manso y soso el de Xajay, no dijo nada, pero la expresión artística de Roca y su valor hacen del momento algo sumamente serio y maravilloso. Se queda parado el toro, pero Andrés también y más quieto que una roca pegándose un arrimón de miedo, aguantando al toro al límite, a centímetros de sus muslos. Y es así como logró extraer pases, viendo pasar al toro paso a pasito, con una sosería espantosa, pero Rey explayó su artística y estética para convencer al respetable, quien le reconoció con fuerza su entregada actuación. Y allá en tablas al final fue a buscar al bravo animal para cuajarle manoletinas de espanto. Concluyó de pinchazo y estocada. Valentísima y armoniosa actuación de Rey. Pitos al toro, Roca al tercio bajo sonora ovación.

Ante su segundo destacaron los excelentes quites y con la muleta los estatuarios, y cambiados por la espalda como prólogo de su faena. Pero sólo eso, lo grande nunca llegó por la falta de toro, que pasaba con la cabeza descompuesta y sin recorrido. Acortó su labor y dejo una espada casi entera en el morrillo del animal.

El peruano no quería irse de vacía y al tercero le cuajó verónicas de recibo de buen corte y en los quites se echó el capote a la espalda para ligar soberbios lances. Faltó de raza el toro, sin son, soso, y con la cabeza descompuesta fue lo que encontró el torero cuando tomó la tela roja. Ante eso, Roca Rey hizo un gran esfuerzo por agradar y extrajo algunos pases plausibles, pero nada que lograra convencer al público que para esas alturas no estaba para soportar nada. Se deshizo del toro de estocada.