En el año 2000, uno de los equipos consentidos de México, los Acereros de Pittsburgh, tocaron suelo azteca. Y lo hicieron como sólo ellos pudieron hacerlo.

Se ganaron el corazón de sus seguidores y hasta de los que no lo eran. Aunque su quarterback no era muy aceptado, Kordell “Slash” Stewart, otras figuras como Jerome Bettis, Plaxico Burress, Joey Porter, Dermontti Dawson, Alan Faneca y obviamente Hines Ward, cargaban con el liderazgo y el peso del equipo.

Para comenzar el entrenador en jefe Bill Cowher era la viva imagen que se tiene de alguien que tenga que ver con los Acereros y sus declaraciones durante su visita fueron especiales, pero la decisión de ir por la victoria al final del partido le valió para ganarse a los 88 mil aficionados que entraron al Estadio Azteca aquel 19 de agosto del año 2000.

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El partido fue electrizante, quizá el mejor American Bowl que se vivió en México en cuanto a espectacularidad, especialmente porque el joven de cuarto año Peyton Manning tuvo un bombazo espectacular con Marvin Harrison y los Potros de Indianapolis, que eran dirigidos por Jim Mora en ese tiempo, tenían la ventaja 24-17 en el cuarto periodo.

El joven pasador reserva de los Acereros Tee Martin movió al equipo y anotó en un acarreo personal para colocarse a un punto, fue entonces que Cowher se la jugó por los dos puntos, en parte por ganar el duelo y por otra para tomar el avión de regreso a su país a la brevedad evitando un tiempo extra. Pero Pittsburgh falló la conversión y así concluyó un partido muy emocionante, que representó la asistencia más baja en estos encuentros en el Azteca, ya que tenía poco que le habían instalado las dos pantallas en cada extremo del estadio y redujeron los lugares en la parte baja por visibilidad.

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