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19, noviembre 2016 - 21:52

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POR OMAR PÉREZ DÍAZ/ SOL DE HIDALGO

FOTOS: JOSÉ LUIS GARCÍA/ ENVIADO ESPECIAL

PACHUCA.- El Buen Fin nos ofertó un adelanto de la Liguilla.

Emocionante partido protagonizaron Pachuca y América la noche de este sábado en el estadio Azteca.

Un electrizante empate 3-3 fue el saldo final de esta batalla, con dos equipos que van a pelear por el título.

Silvio Romero (2) y Michel Arroyo le dieron la vuelta a un duelo que pintaba muy mal en la primera media hora para las Águilas; fue con carácter que salieron adelante.

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Y los Tuzos acabaron salvando su año de invicto en el pletórico estadio Hidalgo; Franco Jara metió el penal para la igualada final. Ya había metido uno el argentino, y otro autogol de Edson Álvarez dejaron los números definitivos.

Esta fue la última jornada, ya hay que frotarse las manos por la fiesta grande.

Con 31 puntos los de Diego Alonso acaban como sublíderes generales. América hace 28, a la espera de su suerte… ¿Chivas?

DOMINIO TUZO

Barato le salió a las Águilas el primer tiempo.

Fueron casi 40 minutos de desconcierto el que pasó la escuadra de LaVolpe en la cancha, incapaces de conectarse o hilvanar más de tres toques.

Gente como Darwin y Sambueza tardaron horrores en descifrar dónde podían pararse y generar algo. La ofensiva americanista fue casi inexistente en la media hora inicial.

Pachuca, que salió motivado, se dio un festín.

Lanzados por la velocidad de Lozano, que le hizo ver su suerte al novato Álvarez, el sentido de Jara y la técnica de Botta y Pizarro, los Tuzos fueron amos y señores.

Un baile donde ellos pusieron el ritmo, la música y hasta besaron a la red dos veces.

Al minuto 11 ya ganaban 2-0 con un autogol del chico Edson Álvarez y un golazo de Franco Jara, que tomó mal parados a los atareados zagueros y el arquero visitantes, quienes pagaban el pato por la inoperancia de su esquema.

Cayó el campeón en el pecado de la soberbia. En empezar a cancherear, como dicen los sudamericanos, con desplantes producto de su superioridad.

Entonces afloró el orgullo del América. El par de amígdalas que se deben poner cuando no hay futbol.

Fue Darwin Quintero con una arrancada el que despertó al centenario, provocando el gol de Silvio Romero.

Pudo hasta empatar en esos momentos de furia pero el “Conejo” Pérez apagó un zurdazo de Sambueza que confirmó la reacción del ave.

REACCIÓN ENORME

Desde ese punto en adelante, el partido fue otro.

El empuje de las Águilas no sólo se mantuvo después del descanso sino que hasta fue creciendo…

La Volpe colaboró con ajustes precisos, matemáticos. Fue el fogonero de la reacción metiendo a Burón, a Miky Arroyo y a Oribe Peralta, que le dieron el toque de futbol que necesitaba el equipo.

Con esa intensidad se gestó la voltereta, convertida en el gran regreso de Darwin, que armó otra asistencia de gol para Silvio Romero para el 2-2, al minuto 72, ya cuando no había noticias del anfitrión.

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En ese tornado América le dio la vuelta a la tortilla con un golazo en tiro libre de Miky Arroyo, el especialista en este tipo de emociones de un tiempo a la fecha. La efervescencia americanista de desbordó en la cuna del futbol mexicano.

El conjunto del Bigotón había hecho lo que le tocaba. Carácter y jerarquía para levantar un juego que tenía de espaldas.

Quedó la réplica para los Tuzos.

Y Pachuca se arrojó adelante, empujado por su gente, justo cuando más hacía falta.

En eso andaban cuando la delantera hidalguense metió una pelota al área, el novato Álvarez y Samudio se tiraron sobre Pizarro, tocándolo. Penal que el árbitro Isaac Rojas vio en primera fila y permitió a Franco Jara igualar 3-3 en un vibrante agarrón.

¡Que venga la Liguilla!

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