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22, noviembre 2016 - 0:08

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

Concluyó la Temporada de Novilladas en la Plaza México con el festejo de triunfadores en modalidad con picadores, y en esta se alzó como triunfador el aguascalentense José María Pastor, quien cortó la única oreja del festejo, superando lo hecho en su primera comparecencia, formando lo más destacado de la tarde.

Se lidió un encierro combinado, sobresaliendo los tres novillos de El 7, encaste Parladé y propiedad de Pablo Moreno, que fueron bravos para el caballo y de muy buena calidad, y recorrido para la muleta, cosa que sus lidiadores poco entendieron; el segundo y tercero fueron aplaudidos en el arrastre y llegaron de firme, con fuerza, al castigo del picador. El primero fue de más a menos.

Y tres novillos de Xalmonto, de Pablo de Haro, primero y segundo descastados y el tercero cumplidor.

La entrada fue regular.

 

SIN OPCIONES

Rafael Serna, primer espada, pechó con un astado de Xalmonto en el sorteo; estuvo empeñozo haciendo lo mejor ante un descastado y distraído novillo que deslució su faena. No desdeñó tampoco las pocas opciones que le brindó el marrajo y tuvo detalles de mucho mérito. Estocada caída que bastó.

 

SE LLEVÓ LA TEMPORADA  

José María Pastor, segundo espada, con otro de Xalmonto tuvo detalles plausibles con la capa, pero con banderillas levantó el ambiente y hasta música escuchó en las alturas, y saludó el reconocimiento en el centro del ruedo. Deslucido el novillo, descastado y un tanto débil, Pastor aprovechó muy bien lo poco que le ofreció su oponente, dejando pasajes dignos por ambos lados, de excelente trazo. Bernardinas como colofón para concluir de una estocada y con ello cortar una oreja. José María se vio por encima de su oponente.

Lidió el quinto novillo, también de Xalmonto, ante el cual quitó por gaoneras de muy buena estructura y dejó banderillas con espectacularidad. Con la tela roja, Pastor siempre se mantuvo en la línea de fuego, extrayendo muletazos de gran mérito, pese a lo reservado que fue su oponente para embestir. El novillo tuvo su punto de calidad, pero sin motor la labor del torero no rompió. Pastor le embistió, dejando pasajes de muy buena manufactura. Mal con el acero; no obstante, salió al tercio para recoger los aplausos.

 

POR ABAJO DE LOS NOVILLOS

José Enrique Colombo, tercer espada, ante un novillo de El 7 dejó pasajes interesantes con la capa, mientras que con las banderillas tuvo la intención, siendo el tercer par el mejor igualado. Con la muleta tuvo tela para haberse lucido en las primeras tandas, que fue cuando el novillo más se empleó; sin embargo, la falta de distancia se evidenció. Luego el novillo se fue a menos y el torero se creció, extrayendo muletazos que convencieron a un sector del público. Estocada que bastó.

Lidió el sexto, también de El Siete, recreando la pupila por verónicas muy armonioso. Y se volvió a lucir en banderillas, aunque el segundo lo dejó a medio lomo del astado. No se acopló a lo que pedía el novillo, por lo que no hubo eco en el tendido. Y al igual que los otros dos, el novillo se dejó meter mano sin problema. Pinchazo y estocada.

 

DE PUNTITAS

Román Martínez, cuarto espada, que también sorteó un novillo de El 7, se lució en lances a la verónica -invertidas- y luego invito a banderillear a Colombo y Pastor, ganándose los tres el reconocimiento del respetable. Inició su labor de muleta con una serie de péndulos, aprovechando el recorrido del astado, luego navegó en un toreo sin sentido, faltando estructura a su labor, y aunque estuvo empeñozo, no consiguió que su socio rompiera; éste mejor se aburrió. Estocada defectuosa que bastó.