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Mira

24, noviembre 2016 - 21:50

┃ Alejandro Alfaro

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POR ALEJANDRO ALFARO

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

ENVIADOS ESPECIALES

AGUASCALIENTES.- La cenicienta del torneo Apertura 2016 llegó puntual a su cita de ensueño. Ocho largos años tuvieron que pasar para que una Liguilla de Primera División volviera a Aguascalientes con Necaxa como protagonista.

La efervescencia de la Fiesta Grande no terminó por contagiar a la hinchada hidrocálida, ya que la presencia en la tribuna no alcanzó a tener el lleno que se podría esperar en estas instancias. Sin embargo, este clima gélido no mermó a unos Rayos que no quieren despertar del idilio que viven en su campaña de regreso al máximo circuito.

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La suerte les sonrió con la pifia del “Conejo” Pérez, pero también supieron poner la cuota de talento necesaria para dar el primer golpe al campeón en la serie de Cuartos de Final de la mano de Gallegos, Puch y Riaño.

La moneda está en el aire y Necaxa lanzó una advertencia: nadie podrá quitarles la ilusión de ser contendientes al título.

EL JUEGO

La defensa del título de Pachuca tuvo su primera parada en Aguascalientes. Una noche fría en la que Necaxa trató de poner el calor dentro de la cancha al tratar de ir al frente, sabiéndose el obligado de buscar algo más en su calidad de local y conscientes de la necesidad de obtener una ventaja para devolver la visita a los Tuzos.

Sin desbocarse al ataque, los Rayos ganaron la posesión del esférico y colocaron a su gente en mayoría numérica en territorio albiazul. Los avisos a la meta de Oscar Pérez no tardaron en llegar; sin embargo, el “Conejo” tuvo un par de atinadas intervenciones, sin saber todavía lo que vendría para él minutos más tarde.

Versa el dicho que al mejor cazador se le va la liebre. Así fue para el cancerbero tuzo. Una pelota lejana de Gallegos que no llevaba peligro alguno terminó por jugarle una mala pasada al veterano guardameta, quien al sacarle la velocidad a la de gajos con las manos, terminó por meterla entre sus propias piernas. Error garrafal que tuvo como consecuencia la apertura del marcador ante la mirada incrédula hasta de los propios jugadores necaxistas, quienes inicialmente festejaron el tanto de forma tibia al dar poco crédito a lo que sus ojos vieron.

Necaxa encontró el premio a lo que buscó de inicio, pero posteriormente fueron contadas las ocasiones en las que se arrimó con peligro al área hidalguense, la cual estuvo bien colocada para apagar los intentos de Edson Puch y Jesús Isijara, los atacantes más habilidosos e incisivos de los rojiblancos.

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Pachuca no podía quedarse así. Se necesitaba más que eso para doblegar al flamante campeón de la Liga MX,. Esto quedó demostrado cuando los dirigidos por Diego Alonso dieron alcance en el marcador gracias a la decisión de Víctor Guzmán, quien se encontró con un rebote a las afueras del área, y sin pensarlo dos veces, empalmó con furia la pelota para anidarla lejos del alcance de Barovero. Paridad en los cartones, nerviosismo en la tribuna y tensión en la cancha.

El resultado parcial era negativo para Necaxa por el tema del gol de visitante, esto no era ajeno a Alfonso Sosa, es por eso que hizo los ajustes necesarios para refrescar su ataque y ahí encontró la respuesta a la encrucijada.

Una viveza del ídolo necaxista dentro del área bastó para dejar pagando a dos zagueros tuzos y asistir de lujo a la llegada de Riaño, quien vino de la banca para darle el triunfo a su equipo con un remate cruzado ante la salida del “Conejo”, quien tuvo que ver la pelota como se iba al fondo de su arco por segunda vez en la noche.

2-1 final. Nada está decidido, pero Necaxa demostró que no será presa fácil para Pachuca. La hinchada de casa se fue contenta del estadio Victoria, y es que su grito tiene toda la razón: Necaxa ya volvió.

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