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27, noviembre 2016 - 17:17

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EL último Clásico de 2016 tiene todos los ingredientes que han hecho de esta rivalidad la más grande del futbol mexicano. La visita del América a Guadalajara no solamente define a uno de los semifinalistas del Apertura, sino que puede marcar el futuro de muchos de los integrantes de estos equipos, que se verán las caras por séptima ocasión en el año.

La primera parte de esta serie ha sido calificada como el juego más flojo entre estos dos en todo este tiempo y el empate a un gol con el que finalizó ese partido ha dejado la clasificación abierta, aunque con ventaja para las Chivas, que además de haber terminado con una mejor posición en la tabla, marcaron un gol como visitantes.

La polémica regresó a este enfrentamiento luego de que la Comisión de Arbitraje designó a Roberto García Orozco como el árbitro central para este partido. Los antecedentes de este silbante en partidos de las Águilas han hecho que buena parte de su afición se manifieste en contra de esta decisión y tras las palabras del técnico Ricardo La Volpe, quien ha puesto en duda la capacidad de los silbantes, las alarmas se han encendido de nuevo.

Luego están, también, los inconvenientes, como la lesión de Rubens Sambueza, quien se perdería el partido de vuelta por molestias musculares. Pero lo que para muchos puede ser un duro golpe al no poder contar con el jugador más representativo del equipo en los últimos años, para elementos como Osvaldo Martínez puede ser una revancha deportiva después de haber perdido el puesto en las últimas jornadas.

Pareciera que todo está en contra del equipo americanista, pero hay que decir que tuvieron al menos un par de oportunidades más para llevarse una ventaja en el partido de vuelta y no las concretaron, después, dejaron crecer a un Guadalajara que había estado dormido en la primera mitad de la ida y les terminó por empatar el global.

La Volpe tendría que preocuparse más por eso y no por el árbitro antes del inicio del partido. Sus Águilas no han estado ni cerca de la regularidad que se supone buscaban con el cambio de estratega y aunque presuma y diga que se mantiene invicto, todavía no llega al nivel que un equipo requiere como para pensar en salir campeón.

Del otro lado, Matías Almeyda ha sido igual de evasivo a las explicaciones de por qué su equipo ha perdido fuerza en las últimas semanas, pero se ha ido por temas menos escabrosos como la cancha y la Liguilla. Pero al igual que su compatriota, el estratega del Rebaño necesita recuperar la mejor versión de su equipo, aunque eso signifique volver a mover sus piezas en relación con ese primer partido.

Y si no realiza los movimientos, hacer que jugadores como Edwin Hernández despierten para evitar ser una avenida de los volantes rivales, como sucedió en el estadio Azteca. Lo mismo en el ataque, parecieran ya demasiadas oportunidades para Carlos Peña y pocos resultados ¿Será que Almeyda lo vuelva a enviar como titular o regrese Javier López?

Los cálculos que puedan tener los técnicos no deberían afectar las expectativas que se tienen de este partido, que para la mayoría debería superar en futbol e intensidad al que se vivió a mitad de semana, el cual quedó lejos de lo esperado y hasta fue manchado por la violencia en las tribunas y los pasillos del inmueble. Hoy se define a uno más de los semifinalistas del Apertura 2016, pero sobre todo se define cuál de los dos equipos, protagonistas del Clásico, se quedará con la hegemonía en esta rivalidad, después de los siete enfrentamientos que han estelarizado en este 2016.

 

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