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3, diciembre 2016 - 18:08

┃ ESTO

bueno

No se puede esperar otra cosa que un partido de frente y sin tapujos. Así se manifestaron los Tigres y el León en la ida de estas semifinales y así tendrían que hacerlo para el duelo de esta noche, en el que se define al primer finalista.

Todo un obstáculo para cualquiera de estos dos equipos, cuyos entrenadores se han encargado de hacerlos funcionar como los mejores del futbol mexicano y, sobre todo, los mejores de los que quedan entre los aspirantes para el título.

El trabajo de Javier Torrente no desmerece al realizado por Ricardo Ferretti y aunque los estilos, formas, moda y demás cualidades entre estos dos sean muy diferentes, la labor que llevan al momento debe tener el mismo reconocimiento.

Favoritos los Tigres, sí, porque traen la ventaja con ese solitario gol de André-Pierre Gignac, quien vuelve a ser figura de un conjunto que le aguantó cuando estuvo dormido en buena parte del torneo regular. Eso, y el manejo de campo que llegan a tener –sobre todo si no se recupera Alexander Mejía–, son las claves para que este equipo se instale en la final, lo que no quiere decir que los esmeraldas ya no tengan nada que pelear.

Aunque da la impresión de que los regiomontanos dominaron la mayor parte del partido de ida y que pudieron llevarse una mayor ventaja en el Universitario. No hay que olvidar que el León también generó al menos tres opciones (una fue invalidada por posición adelantada), aunque sin la contundencia de otros juegos.

Y sí, Mauro Boselli y compañía no pudieron abrir la portería de Nahuel Guzmán, quien pasó su par de sustos y después intervino de buena manera en un par más. Por los del Bajío quedó la sensación de que junto al primer tiempo en Tijuana, vivieron uno de sus momentos más flojos en el área de su rival, pero a pesar de eso lograban acercarse.

Definitivamente no se puede descarar al León. Subestimarlo, sería el más grave error de los universitarios con todo y que estén ante su gente.

Para estar en la final, los Tigres necesitan la victoria o el empate. Si pierden por 0-1 avanzarían por su posición en la tabla. Por su parte, el León clasificaría a la final si gana a partir de la urgencia de marcar al menos dos goles, aunque reciba uno.

César Ramos será el árbitro de este partido. Este nazareno solamente le pitó en una ocasión a los Tigres –ninguna al León– y fue en la jornada 16 ante el Tijuana, cuando los universitarios le quitaron el invicto en casa a los de Miguel Herrera. Ahora Ramos se juega también la posibilidad de estar en la final de vuelta de este torneo y continuar su proceso hacia Rusia 2018.

Los Tigres y León tienen una cita con su destino y con la manera en que trabajen este partido. Los primeros con la ventaja en el global, la tabla y con el tanto de visitante, mientras que los esmeralda necesitan volver a aceitar la maquinaria en busca de la victoria.

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