Con la tecnología de Google Traductor

Mira

15, diciembre 2016 - 20:01

┃ Guillermo Martínez

nota-masdeportes-paola-pliego

 

La herida de no asistir a los Juegos Olímpicos de Río 2016 aún no cierra.

Por lo que la sablista Paola Pliego va con todo al Grand Prix de Cancún que se celebrará este fin de semana.

Sin rencores y muy animada, Pao mostrará su jerarquía, esa grandeza que se ha ganado en la esgrima por su entrega y profesionalismo.

“Ya estoy en mi México querido para competir. Vengo con todas las ganas de empezar este camino, iniciando un nuevo ciclo en el que quiero ver solo hacia adelante, motivada y con mucha fuerza interior”.

Este 2016 fue difícil, pero Pliego se levantó con la frente en alto. Quien nada debe, nada teme.

También puedes leer: Seattle es amplio favorito sobre Carneros

“Fue el año más duro de mi carrera, pero también creo que debo verlo como el que me marcó y me hizo una persona más fuerte. Me enseñó a valorar muchas cosas, como ya lo he dicho, aprendí que lo imposible no existe ni para lo malo ni para lo bueno, así que a pelear para lograr todo lo que viene”.

La sablista sabe que el camino hacia Tokio 2020 es largo, pero su tenacidad la hará llegar mejor preparada y sin tapujos, sin menos derrotas y más éxitos.

“Lo importante es que estoy en pie. Poco a poco buscaré darle más alegría a mi país, porque todo lo que me ha sucedido solo son experiencias que he afrontado con dignidad. Gracias además al apoyo de mi familia”.

Paola estuvo en Roma, compitiendo y entrenando con más tranquilidad, solo con la mirada fija en sus objetivos.

“Arranqué hace tres semanas en Orleáns. Claro que este inicio ha sido complicado. Me alejaron mucho de las pistas, pero poco a poco retomaremos el camino, daré todo y buscaré día a día ir mejorando y llegar a mi meta”.

También puedes leer: Los Chargers podrían mudarse de ciudad el próximo año

Los sueños de la esgrimista siguen intactos, con valores y apoyada con la gente que siempre ha confiado en ella.

Gracias a sus logros las vitrinas de su hogar están llenas de preseas. Ya fue la mejor del mundo en la rama juvenil.

Por eso su jerarquía es reconocida en todos lados y las nuevas generaciones saben de su sinceridad. De la honestidad que caracteriza a esta gran deportista.

Ahora le falta la medalla más codiciada. Y por su mente no pasa nada más, que alcanzarla.

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí