Si existe un jugador que sabe cómo domar a Tigres, ese es Oribe Peralta. El “Cepillo” no se espanta por las garras de su rival, él con látigo en mano tiene la fórmula para amansarlos. El “Hermoso”, a lo largo de su carrera, ha sacudido diez veces la red regiomontana. Con las Águilas ya lo ha hecho, incluso en una final. Ahora espera repetirlo.

Oribe, en Japón, tuvo un vuelo muy flojo. El delantero de las Águilas sólo pudo herir al Atlético Nacional de penalti. Contra el Jeonbuk y el Real Madrid poco aportó. Peralta guardó parte de su pólvora para Tigres.

El artillero azulcrema se vio muy alegre y participativo en el primer entrenamiento de los emplumados luego de volver de territorio nipón. El “Cepillo” sonrío junto a Darwin Quintero.

El cansancio, por el largo viaje, se notó en todo el equipo, pero también la alegría por estar a pocas horas de encarar el partido de ida de la gran final. América puede enderezar su Centenario en el último tramo del año.

Peralta fue el segundo mejor artillero de las Águilas luego del “Chino” Romero, en la fase regular. Oribe logró cuatro picotazos por diez de Silvio. La calidad del antes jugador del Santos está comprobada. Sabe hacer goles y a Tigres, más.

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UNA DÉCADA HIRIÉNDOLOS

El primer latigazo que Oribe le soltó al Tigres sucedió en la jornada 2 del Clausura 2005. Lo hizo con la playera de Rayados hace más de una década. A partir de ese momento, Peralta no dejó de maltratar a los regiomontanos. El “Cepillo” cambió de pieles, pero con todas logró amansar a los felinos.

Con la camiseta del Santos, el seleccionado nacional marcó seis veces; con la de Jaguares de Chiapas, una vez y dos más, ya vestido de americanista.

Los dos goles que Peralta le ha hecho a los norteños fueron en la final del torneo de Apertura 2014 y otro en la jornada 4 de ese mismo certamen.

Todo el año 2015 y 2016 Peralta no ha vuelto a herir a los de Nuevo León, pero sabe cómo hacerlo.