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Mira

13, junio 2014 - 13:00

┃ Itzel Ubiarco

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EFE

La rodilla izquierda de Cristiano Ronaldo es el verdadero motivo de preocupación tanto en la selección nacional de Portugal como en la alemana.

Rivales dentro de tres días, las selecciones de Portugal y Alemania abordarán su primer encuentro en el Mundial de una manera diferente con o sin el mejor jugador del Mundo en el 2013.

En la rueda de prensa de hoy, celebrada en Campinas, a 100 kilómetros de São Paulo, periodistas de ambas nacionalidades (y de otras varias) intentaron descubrir cuál es el alcance real de la lesión del astro del Real Madrid.

Excluido desde hace días de los boletines médicos de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), el joven y tímido William Carvalho fue el blanco de una batería de preguntas sobre el capitán Ronaldo. Le inquirieron sobre la condición física y mental del capitán luso. Algunas veces de forma consecutiva.

“Es una cuestión que no me concierne a mí y sí a los médicos”, cerró Carvalho, ante la insistencia periodística.
Una insistencia justificada por el primer y expectante entrenamiento que los lusos realizaron en suelo brasileño.

Ronaldo, de 29 años, abandonó la sesión con una bolsa de hielo en la rodilla izquierda, la misma que está aquejada de una tendinitis crónica, reconocida públicamente por la FPF cinco días después de su ingreso en la concentración lusa (29 de mayo).

Hasta entonces, apenas habían divulgado que el delantero padecía molestias en los aductores.
“Ronaldo está casi al 100 por ciento. El hielo fue por una cuestión de precaución, como otros jugadores también lo hacen. No es muy preocupante”, se apresuró en aclarar el medio Joao Moutinho.

Este mismo porcentaje de operatividad lo reafirmó anoche el propio jugador del Real Madrid a la televisión pública de su país: “Estoy al 100 %”, garantizó. Hace tres días, el porcentaje era ligeramente inferior, del 99,9 %, según sus propias palabra.

Desde que se incorporó a la concentración portuguesa renqueante después de haber disputado el 24 de mayo la final de la liga de Campeones forzando, se perdió los encuentros amistosos de Grecia (0-0) y México (victoria lusa por 1-0).

La nebulosa de la lesión se había venido agrandando no solo por el hermetismo de la Federación. El seleccionador Paulo Bento llegó a decir que Ronaldo no tenía fecha para regresar a la competición.

Pero finalmente reapareció el martes por la noche en un amistoso ante Irlanda. Portugal arrasó 5-1 y Ronaldo disputó 65 minutos. No marcó, pero dio una asistencia de tacón en el segundo gol, provocó el tercero por un cabezazo y remató con peligro en cuatro ocasiones.

Eso sí, en el minuto 12, puso los pelos de punta a los aficionados portugueses. Se golpeó en una disputa con el irlandés Meyler y se llevó las manos a la rodilla. Aunque se levantó enseguida.
El propio William Carvalho reforzó la idea de que Ronaldo estará preparado.

“Está claro que al principio estaba un poco desgastado por la temporada, pero ahora creo que está al 100 % y dará lo máximo a la selección. Tenemos al mejor del mundo”, declaró el medio del Sporting de Lisboa.

El peso de la estrella y capitán de Portugal no puede medirse apenas por lo futbolístico (máximo goleador de la historia de la selección con 49 dianas, 12 de ellas en los últimos once partidos).

En el estadio Moisés Lucarelli de Campinas, lugar del primer entrenamiento en tierras lusas, se agolparon 10.000 espectadores, sobre todo para ver de cerca a Ronaldo.

La pasión por el madeirense causó literalmente heridas. Una adolescente de 16 años sufrió un traumatismo en la cabeza al caer de las gradas en su intento de acercarse a él.

Y una joven se produjo hematomas y raspones por saltar una valla para sentirlo cerca. Sensibilizado, Ronaldo la acabó por abrazar y la obsequió además con una camiseta suya.

El furor por el madridista había llevado a aficionados a aguardar en las puertas del estadio desde la noche del miércoles.

Hoy, sin embargo, los portugueses prefirieron resguardarse antes de viajar mañana al Salvador. Se ejercitaron en el Centro de Entrenamiento de la Ponte Preta, a puerta cerrada.