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25, diciembre 2016 - 12:18

┃ José Luis Camarillo

chavez-canelo

Va en serio. Ya está en etapa de plenas negociaciones un duelo del que se hablaba desde hace años y que a la hora de su realización captará el interés general.

Les hablamos de un megacombate entre las dos máximas figuras del pugilismo de nuestro país, como son Saúl “Canelo” Álvarez y Julio César Chávez júnior. Todo está encaminado a que se encuentren dentro de un cuadrilátero el próximo 6 de mayo, y se calcula que cualquier estadio cerrado resultaría insuficiente.

El propio JC, el hombre que impulsó hasta la estratósfera su dinastía desde que Rodolfo Chávez abrió el camino como el primero de su familia en ponerse unos guantes, le dijo a este reportero que una contienda entre su Júnior y el “Canelo” podría romper sus marcas en arenas techadas y en concreto se refirió al Alamodome de San Antonio, Texas. Éste aparece como el escenario más probable y es importante el dato de que el “Canelo” metió a más de 40 mil personas cuando derrotó ahí al texano Austin Trout, el 20 de abril de 2013.

En reciente charla de los dos Chávez -padre y vástago. con David Faitelson y Bernardo Osuna para el canal de ESPN, el primero de estos dos periodistas increpó duramente a Julio júnior por su intención de reducir su peso hasta las165 libras con tal de hacer posible el encuentro que todos en México queremos ver.

En respuesta, e joven pugilista reconoció sus excesos en cuanto a alimentación y admitió su falta de dedicación, al afirmar que esta vez se disciplinaría y no tendría dificultad para dar ese peso.

Incluso Chávez hijo comentó que le gustaría que existiese una división entre las 160 libras(límite de peso medio) y las 168 libras (tope de los supermedianos), ya que él pertenecería a esa categoría intermedia.

JC señaló que naturalmente al “Canelo” no le costaría trabajo alguno registrar 165 libras pero en contraparte ello podría costarle al peleador jalisciense estar lento a la hora de las acciones. El César también puso de relieve que “mi hijo es mucho más grande (en dimensiones físicas)”.

En la entrevista, no dejó de manifestarse el hecho de que el “Canelo” subiría 10 libras de lo que actualmente parece ser su peso natural. Debemos recordar que, aunque no sin dejar de causar angustias entre su equipo, Saúl hizo un alarde de dominio físico al parar la báscula en 154 libras para su desafío contra el inglés Liam Smith, una menos que cuando se midió contra el británico Amir Khan.

De esa forma, quedó plasmado en los registros que el “Canelo”, luego de haber sido monarca universal mediano del WBC, se dio el lujo de regresar a la división inmediata inferior para destronar a Smith -invicto hasta entonces- como soberano de los superwelters de la WBO. Fueun nocaut en nueve rounds con un espectacular gancho al hígado y minutos después se sabría que Álvarez combatió desde la cuarta ronda con una fractura en el pulgar derecho.

EL PESO SERÁ TEMA

Fue menester que hiciéramos especial observación sobre el tema del peso, porque conforme se aproxime  la fecha del interesantísimo duelo, abundarán las opiniones -casi reclamos- a favor y en contra.

No es complicado prever que como, con toda razón Faitelson interrogó duramente a Julito, se dirá que éste “subirá mermado” por su sacrificio para instalarse en las 165 libras pactadas. Ese punto se sustenta en el hecho de que el Júnior se veía “a punto del desmayo” luego de detener la romana en 167.9 libras, una pizca por debajo de las 168 en que se acordó su riña con el alemán Dominik Britsch, del pasado 10 de diciembre en Monterrey.

Es obvio que someter su cuerpo a una deshidratación más severa resultaría peligroso para el Júnior; sin embargo, líneas arriba escribimos su explicación al respecto.

Por otro lado -se hizo hincapié- parecerá que el “Canelo” daría mucha ventaja puesto hace pocas semanas declaró que prefiere subir gradualmente hacia el límite de peso medio, y hasta se habló de que su siguiente salida podría ser en un máximo de 158 libras.

CONFIANZA DE AMBOS

Es obvio que para acceder a un peso establecido de 165 libras, tanto el “Canelo” como Chávez hijo rebosan confianza en que uno es mejor que el otro y, además, es la única manera de concretar ese encuentro.

No han faltado las críticas hacia el “Canelo” en el sentido de por qué aceptar una pelea con Chávez en un peso superior a las 160 libras y en cambio rechazar una batalla contra el kazajo Gennady “GGG” Golovkin y hasta renunciar a la corona de peso medio del WBC. Ésta la había conquistado al imponerse -en una de las mejores actuaciones de su carrera- al boricua Miguel Cotto, el 21 de noviembre de 2015 en el Mandalay Bay de Las Vegas.

A costa de que lo vamos a señalar sea del desagrado de muchos de nuestros lectores o una decepción para otros, finalmente el boxeo es un negocio y nadie que se meta a un ring podrá negar que su intención original al calzarse unos guantes es ganar el mayor dinero posible.

Quizá si estuviéramos en el terreno de los trofeos y las medallas, como acostumbraba llamarse al pugilismo de aficionados, podría decirse que “debería pelearse por el honor”.

Pero, amigos, el boxeo profesional se basa totalmente en la conveniencia, y en estos casos no es el boxeador sino el promotor el que toma las decisiones. No tenemos dudas de que Álvarez fue sincero al expresar, tras su fulminante nocaut sobre Amir Khan, “dejémonos de mamadas”, en clara alusión a su deseo de intercambiar golpes con el apodado “GGG”.

Pero Óscar de la Hoya y Éric Gómez, dueño y presidente respectivos de Golden Boy Promotions, hicieron que el “Canelo” y sus mentores, Chepo y Eddy Reynoso, cambiaran de opinión. Hoy, todo señala que ese movimiento fue el de un máster del ajedrez, ya que ahora tienen a la vista un negocio que les dejará mayores ganancias, como es un duelo contra “el Júnior más famoso del boxeo”.