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29, diciembre 2016 - 15:31

┃ José Luis Camarillo

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Tres  personajes del boxeo universal -dos nacidos en nuestro país y otro, en EU, aunque también de sangre azteca-, como son el manejador Frank Espinoza y los entrenadores Many Robles y Abel Sánchez, compiten para los premios que otorga la Asociación de Escritores de Boxeo de Estados Unidos (BWAA).

El solo hecho de formar parte de dichos candidatos indica que el trabajo de este trío trascendió los continentes en el ciclo anual que está por concluir, aunque el periodista Dan Rafael, autor del artículo respecto de los actuales candidatos a los trofeos de la BWAA, habría dado ya su apoyo para Boxeador del Año al norirlandés Carl “Chacal” Frampton, lo cierto es que este último es enlistado junto a otros serios aspirantes al Trofeo Sugar Ray Robinson, como son: Vasyl Lomachenko, Terence Crawford, Manny Pacquiao, Román “Chocolatito” González, y Joe Smith.

Se espera que los ganadores de cada categoría sean anunciados en febrero próximo.

Frank Espinoza “pelea” por el Premio Cus D’Amato al Mánager del Año, contra Cameron Dunkin, Barry McGuigan, Egis Klimas y Phil Capobianco. Manny Robles y Frank Espinoza son entrenador y mánager – respectivamente- de Óscar Valdez y Jessie Magdaleno, quienes se coronaron invictos como monarcas de peso pluma y supergallo de la WBO, en ese orden.

Valdez tuvo un año “de película” ya que entre sus tres éxitos de 2016 aplicó el primer nocaut de su carrera al ex monarca mundial Evgeny “Ruso Mexicano” Gradovich y capturó el cetro de las 126 libras de la WBO -estaba vacante- con una vistosa demolición del hasta entonces imbatido argentino Matías Rueda.

Abel Sánchez cobró reconocimiento desde que inculcó “el estilo de JC Chávez” al tremendo kazajo Gennady “GGG” Golovkin en su campamento en el Summit Boxing Training Center de Big Bear.

Sánchez ha entrenado a gente como Ferry Norris, Paul Vaden, Lupe Aquino, Miguel Ángel González y “Yori Boy” Campas, entre otros. Pero fue su éxito con Golovkin es el que le ha valido ya distinciones como el Mejor del Año en distintos sitios importantes del ciberespacio, en el terreno de los coaches.

FRANK Y MANNY

Frank Espinoza está ligado al pugilismo mexicano desde hace muchos años. Martín “Gallito” Castillo, Israel Vázquez y Ábner Mares, al que convirtió en triple monarca universal, son algunos de sus peleadores aztecas de mayor renombre.

La trayectoria de dicho mentor atrajo la atención de Óscar Valdez y su padre, un ex pugilista del mismo nombre, y así, al combinarse la enorme calidad del púgil sonorense con la habilidad como timonel de Frank, los resultados han sido hasta ahora espectaculares.

Manny Robles, hijo del entrenador de origen jalisciense Chato Robles, se encarga de instruir a sus discípulos en el gimnasio The Rock, en Carson, California. Los excelentes resultados conseguidos con Valdez y Jessie Magdaleno se dan entonces como algo natural.

EL MEJOR PÚGIL

Para quien esto escribe, el mejor pugilista no solamente de 2016 sino de la actualidad es el ucraniano Vasyl Lomachenko. Sin duda, el triunfo de Carl Frampton para unificar las fajas de peso supergallo de la FIB -que ya poseía- y de la WBA contra su compatriota británico, el inglés Scott Quigg, fue notable, y más el que logró contra el californiano de origen michoacano Leo Santa Cruz, por la correa pluma de la WBA, pero no es suficiente para hacer sombra a las exhibiciones de poderío y suficiencia de Lomachenko contra el boricua Román “Rocky” Martínez y el en ese momento temido jamaicano Nicholas “The Axe Man” Walters.

Manny Pacquiao regresó en 2016 para saldar cuentas -venció con amplitud en 12 rounds- con Timothy Bradley, con quien había dividido victorias, y más tarde se impuso por puntos al californiano de ascendencia azteca Jessie Vargas para arrebatarle el trono welter de la WBO.

Para el “Pacman”, obtener dicho galardón ya no sería raro, pues le fue otorgado por la BWAA en 2006, 2008 y 2009.

El polaco Andrzej Fonfara se disponía a “sacarle jugo” a su nocaut sobre Julio César Chávez júnior, pero “un error de administración” por parte de su mánager lo hizo ponerse con el semipesado estadounidense Joe Smith, quien lo aplastó en el mismísimo primer episodio. Por ello, Joe Smith contiende para Peleador del Año, respaldado además por su más reciente éxito, a costa de otro pugilista que erró al elegirlo como adversario para su pelea de despedida, Bernard Hopkins.

Aunque la equivocación no fue tanta, porque “The Executioner” se hizo famoso por medirse con los contrincantes más duros o mejor dicho, por no escogerlos.

Terence Crawford basa su oportunidad en volver a alcanzar el Premio Sugar Ray Robinson -ya lo ganó en 2014- al dominar con holgura al ucraniano Víktor Postol en el que fue señalado como un choque entre los dos máximos exponentes de las 140 libras.

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