El 2016 será recordado como uno de los años con más críticas al trabajo de los árbitros del futbol mexicano. Con la credibilidad y su trabajo siempre pendientes de un hilo, los silbantes han sufrido de señalamientos y calificativos que para algunos se resumen en una crisis. ¿Será? Lo cierto es que en todo el mundo, el trabajo de estos hombres es cuestionado y ni la tecnología ha podido ayudarlos a que no sea así.

Para el final de este año, la FIFA comenzó con las pruebas del video como apoyo de los silbantes a decisiones como goles, tarjetas, identificación de jugadores y penaltis. De todas esas posibilidades se generaron diversas polémicas tanto en el Clausura como en el Apertura 2016, como la mano de Efraín Juárez en la ida de la final entre Pachuca y Monterrey que no marcó Luis Enrique Santander.

Las dudas y cuestionamientos se han incrementado de la mano de la ausencia de explicaciones por parte de los encargados de los instructores de los árbitros, a pesar de los esfuerzos de Héctor González Iñárritu, presidente de la comisión de arbitraje, por señalar algunas de las jugadas en su sitio de internet.

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Después de este año de actividad y aunque también tuvieron sus momentos complicados, con polémicas incluidas, los mejores árbitros fueron Roberto García Orozco y Fernando Guerrero, quienes dejaron atrás a otros como César Ramos, quien a pesar de su participación en Juegos Olímpicos después quedó cepillado de la última Liguilla del año.

El primero, con participación en la Copa América Centenario y diversos cursos impartidos en la Concacaf como preparación para la Copa Confederaciones del 2017 y la Copa del Mundo de Rusia 2018. García Orozco tuvo un mal momento en la semifinal de vuelta entre Monterrey y América, pero se logró recuperar hasta volver a ser la carta principal de esta comisión.

Para el Apertura 2016, no llega a la final debido a una lesión que también lo marginó del Mundial de Clubes para el que había sido convocado, aunque ese tiempo le sirvió para familiarizarse con el video y la manera de utilizarlo.

Uno que parecía que retomaba el nivel fue Paúl Delgadillo, sin embargo, sus fallas en la final de ida entre el América y los Tigres lo colocaron como uno de los árbitros más señalados por la afición de ambos conjuntos y algunas otras que se unieron a estas manifestaciones en contra. Lo mismo le ocurrió a Jorge Isaac Rojas, quien sorpresivamente pitó la final de vuelta del Apertura 2016 ante la ausencia de Orozco y no le fue nada bien.

A Rojas lo tacharon de falto de carácter y personalidad ante algunos jugadores como André-Pierre Gignac y ante algunas situaciones como la bronca que se presentó en el estadio Universitario por la que expulsó de manera errónea a Paolo Goltz, a quien la Comisión Disciplinaria ya levantó el castigo. Este árbitro no es un jovencito, pero ha quedado señalado por la opinión pública como uno de los de más bajo nivel.

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Por su parte, Fernando Guerrero tuvo altibajos, pero fue reconocido al ser enviado a la India para pitar en la liga de aquel país como parte de la internacionalización de los silbantes mexicanos. Después de poco más de un mes por Asia, regresó para continuar con su labor en la Liga MX y terminó como cuarto oficial en la final de vuelta.

César Ramos, quien estuvo metido en diferentes polémicas y no brilló como se esperaba en los Juegos Olímpicos de Río 2016, tendrá que trabajar para recuperar el nivel por el que lo impulsaron a ser uno de los candidatos al Mundial del 2018. Por su parte, Francisco Chacón estuvo lesionado en diversos pasajes y podría hacia lo último de su carrera.

Entre los jóvenes, Fernando Hernández cumplió con una buena actuación en el Clásico Joven del Apertura 2016, cuando había mucha presión. El silbante no se metió en problemas y en la voltereta del América no tuvo nada que ver con alguna decisión polémica. Otro que cumplió fue Marco Ortiz, novato, a quien le encomendaron el Clásico Nacional de la jornada 7, en el que tuvo un buen trabajo y no influyó en la goleada del Guadalajara sobre el América.

Con muchas cosas que mejorar y trabajar, el arbitraje mexicano tuvo un año complicado que debe dejarles enseñanzas ahora que la tecnología está por tomar mayor protagonismo en un rubro que gobernaban sin mayores inconvenientes.