POR VIOLETA ALVA

FOTOS: ÓSCAR RAMÍREZ

SER el capitán y referente de Pumas no es fácil. Sólo se logra mediante constancia y trabajo, trabajo y más trabajo. El paraguayo Darío Verón afronta un nuevo año con los universitarios. ¿La consigna?, ser nuevamente el capitán del equipo y quien se eche el equipo al hombro.

El 2017 para el sudamericano pinta bien. Sumará un torneo más con los auriazules y su experiencia será la base de las nuevas generaciones que lo ven como ejemplo a seguir, no solamente en la zaga, sino también en el grupo en general.

Darío no se amedrenta, es un jugador que le entra a los retos con los dientes apretados, siempre expone lo mejor de él y tiene los argumentos para imaginar un nuevo año como baluarte de la UNAM.

Por eso, al tomar el racimo de uvas y la copa de vino, Darío se imaginó un panorama mejor con los Pumas en 2017, un equipo que levante trofeos y haga valer su condición de equipo grande en el futbol mexicano.

Y de eso se encargará Verón, con su personalidad férrea en la defensa, impuesta con el paso del tiempo y en el nuevo año que está por entrar, seguro lo hará otra vez.

Con el racimo de uvas y una copa, el zaguero guaraní desea que el próximo año esté lleno de salud y que se cumplan todos sus propósitos. “Les mando un fuerte abrazo, soy Darío Verón, y deseo que todos sus deseos se cumplan”.

Para el próximo año, el zaguero, como toda la afición felina, quiere ver a sus Pumas campeones.

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