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12, enero 2017 - 21:00

┃ Jorge Briones

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La Arena Ciudad de México vibró de emoción con los Mavericks, quienes correspondieron al cariño del público regresarán a Dallas con un triunfo (113-108) sobre los Soles de Phoenix, quienes fueron los anfitriones en esta ocasión.

Ayer fue el primero de los dos encuentros de temporada regular de la NBA que se disputarán en la CDMX como parte de los “Global Games 2017”.

Con cinco jugadores por encima del doble dígito en puntos, comandados por Deron Williams y Harrison Barnes, con 23 y 22, respectivamente, los ‘Mavs’ se adjudicaron su victoria 12 de la campaña con la que salieron del último lugar de la Conferencia Oeste, lugar que ahora le pertenece a los propios Suns con la misma foja (12-27)

En un encuentro que superó las expectativas de las dos peores quintetas de su sector, fue la experiencia de los pupilos de Rick Carlisle y la solvencia de sus figuras, la que inclinó la balanza a su favor.

Desde el salto inicial, Phoenix enseñó una de sus fortalezas. Con Tyson Chandler en la pintura de los Suns y tras la baja de Andrew Bogut por lesión, Dallas tuvo que depositar sus esperanzas en el juego exterior. Barnes, Williams y Wesley Matthews entraron en ritmo para deleite de sus aficionados, incluido su exjugador, el mexicano Eduardo Nájera, quien apoyó desde la primera fila a la escuadra donde pasó cinco temporadas en la NBA.

Si bien los ‘Mavs’ tenían a la mayoría de su lado, tampoco se volcó el recinto en su totalidad a su favor.

Ambas ofensivas se enfrascaron en un primer cuarto de mucha rapidez hasta que la altura de la Ciudad de México cobró factura. Cuatro minutos le bastaron al alemán Dirk Nowitzki para pedir su cambio víctima del cansancio, en un periodo inicial que terminó con Dallas en ventaja (32-29)

El coach de Phoenix con ascendencia mexicana, Earl Watson tuvo que modificar sus piezas para regresar a la contienda y lo hizo con su segunda escuadra. Los suplentes, del local administrativo, respondieron en el segundo lapso. Aprovecharon el descanso de las figuras contrarias, y basados en su juventud capitalizaron el juego de contragolpe. Con ambos ataques encendidos, las defensivas brillaron por su ausencia. Situación que favoreció el espectáculo.

Tras 15 minutos y el espectáculo del medio tiempo, iba a despertar la figura de teutona. Nowitzki, que era el más ovacionado, iba a atacar el aro como en sus mejores tiempos. Su famoso tiro de reversa sigue intacto, y México presenció una página del libro del futuro Salón de la Fama.

De la mano de su referente histórico, los Mavericks iban a empezar a encaminar su triunfo. Llegaron a sacar una máxima de 14 y terminaron el tercer cuarto con 12 de diferencia (88-76)

Phoenix tenía que reaccionar rápido para volver a la contienda y lo hicieron con juego rudo. Ensuciaron el partido con faltas personales, inclusive los silbantes marcaron una doble falta técnica, que le bajó el ritmo a los texanos.

Poco a poco fueron acercándose en la pizarra pero el tiempo llegó a su fin. De poco sirvió el vendaval ofensivo del talentoso Devin Booker que comandó la causa perdedora con 39 unidades.

En la pintura, como se preveía, Chandler se adueñó del sector con 19 tableros.

Los años han pasado por Nowitzki, pero para los aficionados mexicanos, incluido su excompañero Nájera, el alemán se robó la noche con sus 18 tantos y seis rebotes.

Phoenix regresará a la duela mañana ante una prueba mucho más compleja, recibirán a los poderosos Spurs de San Antonio.

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