GUADALAJARA, Jal.- La dolorosa lesión que Saúl “Canelo” Álvarez experimentó desde los albores del combate en que noqueó en nueve rounds al británico Liam Smith el pasado 17 de septiembre de 2016 en la AT&T Arena, la casa de los Dallas Cowboys, ha quedado en el olvido. En tal ocasión, pudo capturar el fajín superwelter de la WBO en un alarde de dominio sobre su peso, ya que previamente había invadido la categoría de los medios, aunque sin entrar de lleno en ella y constreñirse a 155 libras para su contienda del 7 de mayo de ese mismo año con Amir Khan, al que despachó en el sexto giro de modo espectacular.

El tope superwelter es de 154 libras.

Fueron semanas y meses de desesperación para Álvarez por mantener su puño inmovilizado, pero la recompensa a su constancia y cuidados por fin llegó.

Su mano derecha ya está sana, justo a tiempo para que pueda llegar en totalidad de condiciones físicas a su crucial combate contra Julio César Chávez júnior, a celebrarse el próximo 6 de mayo en la Unión Americana.

Como dijo Óscar de la Hoya, “cuando dos rivales se traen ganas, harán todo lo que esté a su alcance para ganar”.

ERA FRACTURA

La fractura fue de tipo avulsivo, de las que no requieren cirugía, pero lo obligó a llevar un aparato inmovilizador durante varias semanas. Ese percance obligó a Óscar de la Hoya, jerarca de Golden Boy Promotions, a cancelar el proyecto de que Álvarez hiciera su debut en el Madison Square Garden del 10 de diciembre de 2016.

Los cálculos de los especialistas fueron certeros.

En fecha aún reciente, Saúl recibió la luz verde para utilizar su mano derecha de manera normal en sus prácticas y sus sesiones de sparring, según dio a conocer Diego Armando Jiménez, fisioterapeuta personal del púgil que ha sido monarca mundial en las divisiones superwelter y mediana por los principales organismos.

La autorización se basó en el reporte del reconocido médico Próspero Hernández, quien estuvo al pendiente de que el ídolo jalisciense siguiera el proceso de rehabilitación al pie de la letra.