LA confianza previo a la gran pelea se le nota en los puños. La confrontación solamente sirvió como un preámbulo de lo que puede suceder. Al ser separados, Saúl “Canelo” Álvarez dio una probadita de su fuerza. Su puño izquierdo amagó enfrente de Julio César Chávez Jr. mientras el “hijo de la leyenda” sacudía el suyo en el aire.

“Canelo” es consciente de la responsabilidad de la pelea. La historia exigía el encuentro entre el que fue considerado el “futuro” del pugilismo.

El tapatío encara la responsabilidad y sin dudarlo augura una batalla épica. “Estoy muy contento porque esta pelea es para ustedes, para los mexicanos”, vaticina con una sonrisa.

“Les prometo que va a quedar para la historia, todos nos preparamos para ganar y brindarles una gran espectáculo. Yo voy a entrenar como siempre, entregar todo de mí, al cien por ciento para dar una gran pelea”, murmura al micrófono mientras observa con odio deportivo a su rival.

Y pese a que la gente se le entrega, el menor de los Álvarez no se compara con el hombre que tiene a unos cuantos centímetros. “Sé que unos me mientan la madre, otros me apoyan, pero así se hacen las peleas. Siempre he contado con el apoyo de los fanáticos. Ellos saben que tengo la calidad suficiente para enfrentarme a Julio. Este próximo seis de mayo no los voy a defraudar y daré los mejor de mi”, responde ante un excitado graderío.

El campeón mundial superwelter de la Organización Mundial de Boxeo está en juego, aunque parece que es lo que menos le interesa. “Esto no es de merecer, es de orgullo. Nos jugamos mucho tanto él (Chávez Jr) como yo. Los dos tenemos la calidad necesaria para afrontar este reto. El que haga la mejor estrategia saldrá con la mano arriba”, remata con frivolidad en sus palabras. (Miguel García/foto: Jesús Tellez)