Muchas cosas pueden pasar en la vida de un chico a los 16 años de edad. Cursar la preparatoria, compartir las tardes con los amigos, algún videojuego, idas al cine o alguna fiesta. Pero hay casos singulares y extraordinarios que nos regala el futbol. Uno de ellos tiene nombre y apellido: Diego Lainez.

Con la edad ya mencionada, este joven jugador de América vive el sueño de miles. Debutó ya con el primer equipo de las Águilas, y por si fuera poco, ayer por la tarde fue parte del entrenamiento del primer equipo.

Hizo el torito con figuras consolidadas como Oribe Peralta y Michael Arroyo. En los circuitos se formó atrás de William da Silva. Todo siempre acompañado de esa sonrisa que lo acompañó desde el miércoles en la noche, cuando entró de cambio en el segundo tiempo y llamó la atención de más de uno con esa forma de juego atrevida y descarada, propia de un muchacho de su edad que lo único que quiere es divertirse con la pelota en los pies.

Capitán del equipo Sub-17 azulcrema, y también Seleccionado Nacional en su categoría, Diego Lainez demostró ser una promesa que apunta a convertirse en realidad para beneplácito de su conjunto y de un futbol mexicano habido de figuras forjadas en su territorio.