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Mira

2, marzo 2017 - 22:34

┃ Jorge Briones

rafael-nadal

ACAPULCO, Gro.- Con las manos en alto y un grito al cielo, Rafael Nadal celebró con euforia su pase a las semifinales del Abierto Mexicano de Tenis 2017.

Lo que en un principio parecía un mero trámite, terminó convirtiéndose en un desafío para el mallorquín, quien tuvo que esforzarse al máximo para batir con parciales de 7-6 y 6-3 al japonés Yoshihito Nishioka.

Si sus dos primeros obstáculos los había superado con suma facilidad, el tercero iba a sacar lo mejor del número seis del mundo. Nishioka, que venía desde la ronda de calificación, disputó muy probablemente el mejor partido de su joven carrera.

El primer set fue maratónico. Ninguno de los dos arriesgó s servicio y lo tuvieron que definir en un ‘tiebreak’. Cuando el juego entró en su momento definitivo, Nadal respondió como lo ha hecho en gran parte de su gloriosa carrera.

El punto definitivo lo consiguió con tres ‘games’ de diferencia. El delirio del público no se hizo esperar. La oportunidad de ver un ‘Rafa-Djoko’ en la final es el sueño de cualquier amante del tenis.

Nadal empezó 0-2 el segundo periodo, un quiebre en contra y la inspiración del japonés invitó a los ocho mil presentes a pensar en el alargue. Pero el español reaccionó y de a poco se fue encontrando sus mejores sensaciones sobre la superficie dura de Acapulco.

Fueron cuatro puntos sin respuesta para encaminar su pase a la antesala de la final. Tras una hora y 57 minutos de acción, en donde consiguió cinco ‘aces’ y se fue con el 60% de efectividad con su primer servicio, Rafa pudo celebrar con su fanaticada. El mallorquín quiere el tricampeonato y aún le faltan dos obstáculos por superar.

A su vez, la actuación del nipón, número 86 del mundo y considerado como el nuevo Nishikori del circuito ATP, no pasó desapercibida y el público lo despidió con una fuerte ovación.