México se relamía los labios. Su intención en el Clásico Mundial de béisbol era presentar una alineación en la que su talismán Adrián González sería acompañado por Khris Davis para conformar un temido 1-2 en la parte medular de la ofensiva.

Pero el plan quedó abortado cuando Davis —de madre mexicana— se bajó de la convocatoria cuando decidió que tenía que darle prioridad a su preparación con los Atléticos de Oakland, el club de Grandes Ligas para el cual bateó 42 jonrones la pasada campaña.

Otra preocupación. González, quien viene de una temporada con 18 jonrones y 90 impulsadas con los Dodgers de Los Ángeles, se presentó a los entrenamientos de primavera con molestias en el codo derecho. El primera base aguarda por la luz verde de los médicos de los Dodgers para participar en su cuarto Clásico con el equipo que será anfitrión de un grupo de primera ronda.

Tras una decepcionante participación hace cuatro años, cuando naufragó en primera ronda, México regresa con sed de revancha y buscará apoyarse en la localía para tratar de salir vivos del Grupo D y clasificarse a la segunda ronda.

En 2013, los mexicanos quedaron fuera en la fase de grupos y por primera vez desde que se juega este torneo, tuvieron que jugar una fase previa de clasificación para conseguir su pasaje.

México, que en Guadalajara recibirá a Italia, Venezuela y Puerto Rico, busca avanzar a la segunda ronda del Clásico por tercera ocasión en las cuatro ediciones que se han disputado.

“No hay enemigos fáciles y todos los equipos son fuertes, pero viendo el roster que tenemos siento que México tiene el talento para competirle a cualquiera”, dijo el manager, Édgar González, hermano mayor de Adrián. “En el béisbol ganará el que esté mejor preparado y el que bien las cosas pequeñas, los fundamentos. Si, los demás tienen buenos equipos, pero estaremos listos para todos”.