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6, marzo 2017 - 9:19

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AL finalizar la fecha 9 del Torneo Clausura 2017, jugadores, técnicos y directivos se quejaron amargamente del trabajo de los árbitros, quienes tuvieron una labor para el olvido, ya que hubo jugadas que terminaron con lesiones de gravedad y que los alejarán de las canchas por un largo tiempo, y únicamente fueron sancionadas con tarjetas amarillas; así como pisotones que ni fueron marcados como faltas y, peor tantito, repercutieron en los partidos.
Después de todas estas fallas, los equipos buscarán protegerse e intentarán inhabilitar a los futbolistas que causaron daño a sus compañeros de profesión.

EL PEOR
César Arturo Ramos pitó el duelo entre Tijuana y Pachuca, donde Hirving Lozano sufrió un pisotón por parte de Michael Orozco, causándole una profunda herida en el tobillo al Tuzo, quien estará por lo menos un mes alejado de las cancha y el nazareno sólo decretó falta y sancionó con amonestación. En este mismo encuentro, el delantero de los hidalguenses, Franco Jara, pisó en el suelo a Guido Rodríguez y en ningún momento el árbitro central ni sus auxiliares pitaron la agresión. Debido a esta falta, el defensor argentino tuvo que salir de cambio.

FRACTURADO
José Alfredo Peñaloza fue el silbante al que se le fue la roja directa a Andrés Andrade, quien barrió por atrás a Renato Ibarra, lo que le causó una fractura en el peroné, motivo por el cual el americanista se perderá el resto del certamen, ya que estará tres meses fuera. En esta jugada, el colegiado sancionó falta y castigó al jugador con una amonestación, algo absurdo para la experiencia de Peñaloza.

PISOTÓN
Dentro de todo lo malo, Fernando Hernández fue el único que más o menos tuvo una actuación decente, pues sin dudarlo expulsó a Rubens Sambueza por una artera entrada por la espalda sobre Isaac Brizuela, quien abandonó el campo con un esguince de tercer grado y estará alejado de las canchas por un mes y medio.
Ante todas estas malas marcaciones al arbitraje, urge un cambio radical, por lo que le vendría bien la entrada de la tecnología, para evitar mayores fallas, así como marcaciones dudosas y polémicas que se terminarían dentro de la cancha y no con quejas de los equipos sin los debidos resultados.