Mientras el matador Gerardo Adame ingresó al hospital con tres cornadas en los muslos, su colega Antonio Romero abandonó el sanatorio. Ambos fueron heridos en la Plaza México, el primero el domingo pasado por un toro de Marcos Garfias y el segundo el fin de semana antepasado por un astado de Piedras Negras.

Romero fue atendido por una cornada en el recto que destrozó esfínter y colon, afortunadamente su atención fue exitosa y su recuperación rápida, pues no se presentó ninguna complicación y menos infección.

Lo que sí, es que Antonio está mucho mejor de ánimo, pues aunque no fue autorizado médicamente para viajar a su natal Zacatecas, el estar en el departamento de su prima en esta ciudad ya es ganancia. Y no podrá llegara a su hogar todavía por que en una semana tiene consulta con los doctores que le atendieron; pese a que está dado de alta su vigilancia sigue siendo extrema.

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“Estar en casa de mi prima me levantó mucho el ánimo. Gracias a Dios todo marcha bien, los médicos están admirados de cómo reaccionó mi cuerpo, sin duda es mi fortaleza y las oraciones de todas las personas que estuvieron al pendiente de mi evolución”, indicó el matador desde la comodidad de un hogar.

Romero apuntó que en un principio los doctores tenían pensado que la recuperación sería de hasta seis meses. Sin embargo y gracias a su excelente respuesta física, se especula que en dos meses y medio esté listo para iniciar con sus entrenamientos.