El matador hidrocálido Joselito Adame logró una buena actuación en la corrida efectuada en la Plaza Monumental Monterrey Lorenzo Garza, lo que le permitió llevarse el triunfo tras cosechar tres orejas.

En ese festejo, en el cual se lidió un encierro de Los Encinos de juego desigual, el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza cortó dos apéndices y el diestro regiomontano Juan Fernando se fue sin trofeos.

Joselito Adame lidió al segundo del festejo, un toro al que en forma paulatina lo llevó de menos a más y terminó por darle pases de buena manufactura ovacionados desde los tendidos del embudo regiomontano.

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Consiguió derechazos con clase que fueron reconocidos por el respetable y ejecutó molinetes, manoletinas y el del desdén, para terminar con una estocada desprendida, lo cual le permitió cortar un apéndice.

El matador mejoró su desempeño ante el quinto, aprovechó la nobleza de su enemigo para ejecutarle una faena variada y el reconocimiento no se hizo esperar en la Lorenzo Garza.

Con la muleta, ligó tandas de derechazos con clase y temple, arriesgó en la cara de su enemigo y fulminó al primer viaje, por lo que le concedieron dos apéndices.

El matador de a caballo Hermoso de Mendoza cumplió con los rejones de castigo ante su primero, un astado difícil, ante el cual dio muestra de doma de la alta escuela e incluso ejecutó algunos rehiletes.

Con banderillas, rejoneador español colocó largas y cortas, lo cual fue reconocido por el respetable que hizo una buena entrada en el embudo regiomontano, pero falló a la hora de pasaportar a su enemigo y dejó escapar los trofeos.

Ante su segundo y cuarto de la corrida, el español mejoró en su desempeño, se topó con un toro con recorrido, el cual aprovechó para colocarle banderillas largas y cortas, además de hacer el desplante del teléfono.

El rejoneador lució ante el público regiomontano al ejecutar un par de banderillas a dos manos y culminó su labor con un metisaca, pero pese a ello el juez de plaza le concedió dos orejas.

El diestro regio Juan Fernando tuvo poca fortuna con su primer enemigo, ante el cual estuvo voluntarioso y logró algunos pases que fueron reconocidos, pero se puso pesado con el acero y escuchó palmas, mientras en el cierraplaza se fue sin trofeos.