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2, abril 2017 - 22:15

┃ Miguel Angel García

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Antes que nada, un aplauso de pie para los toreros que la tarde en la Plaza México les plantaron cara a los imponentes toros de San Marcos; pese su escaso rodaje supieron los tres solventaron las papeletas, cada uno con los alcances que tuvo.

Técnicamente no hubo triunfador en la final del serial Sed de Triunfo, pero en teoría es Juan Luis Silis el virtual ganador, ya que además de haber cortado una oreja en su primera actuación, es el torero que consiguió estructurar dos faenas de alto grado, de buen corte y bien medidas. Silis se anotó como el torero que puede caminar y aprovechar cabalmente las diez corridas de toros y el puesto en la próxima Temporada Grande que ofreció TauroPlaza México. El resultado será dado a conocer mañana por el matador Mario Zulaica. Si se trata de apoyar a un torero la respuesta es fácil, pero si se apegan estrictamente a que no hubo corte de orejas, el puesto de triunfador y las diez corridas quedará vacante. Lo ideal es sacar toreros y apuntar novedades, este serial no puede pasar inadvertido e irse en blanco. Ahí está un diestro.

REMENDÓ EL ENCIERRO

Se lidió un encierro de San Marcos, propiedad de Marcos García Vivanco, sumamente imponentes de lámina y con las complicaciones que da la edad, pues eran unos seores toros; sobresalió el sexto, Salsero, que tuvo mayor nobleza, recorrido y calidad, dejándose torear espléndidamente. Para el picador fueron regulares. En segundo lugar salió un toro de Valparaíso, débil con su punto de calidad.

INDICADO

Juan Luis Silis regresó para culminar su propósito. Saludó con lances de calidad al astado de impresionante catadura. Y bueno, el señor toro habló y organizó el tercio de banderillas, tan así que los banderilleros se convirtieron en “rejoneadores”. En el inicio con la muleta el torero se dobló poderosamente para ahormar más la cabeza del impresionante animal. No fue fácil este serio compañero, pero Silis tiene lo suyo y sacó su poca experiencia ganada en las pocas plazas donde ha toreado. Extrajo muletazos con el doble de mérito, pues extraerle pases a este animal fue una labor titánica. Juan Luis no se quedó con ganas de nada y arranco trazos por ambos lados del astado bajo intensas ráfagas de viento que le pusieron más cuesta arriba las cosas. Finalmente, ligó pases de pitón a pitón para luego cazar hábilmente a su enemigo y sepultar casi entera la espada. Labor muy meritoria

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Vino lo mejor de la tarde con el cierra plaza. Más que lances lucidores se hizo del toro con una brega excepcional. Nuevamente se dobló al inicio de su labor con muleta, para después comenzar a tejer series de buen calado por lado derecho. Y repitió la dosis con mayor impacto ligando hasta ocho muletazos, dándose el lujo de rematar de un soberbio desdén. Y creció la faena, crecieron las series y la emoción, recreándose el torero que daba respiro a su oponente entre tanda y tanda, sin ahogarlo, consintiendo a su socio. Intentó por izquierda, pero el burel se quedó muy corto y volvió al pitón derecho para nuevamente terminar de exprimir los pases que tenía el de San Marcos. Al irse tras la espada desapareció la fe del torero, marcando un pinchazo horrible seguido de otro, para así perder lo que hubiera sido una oreja de mucho peso. Salió al tercio, hasta ahí bien ganado todo pues le aplaudieron, pero se arrancó a dar la vuelta. Con todo y eso ahí queda la gran labor de Juan Luis, quien es por mucho el torero que TauroPlaza México está buscando.

PLANTÓ CARA

Fabián Barba se guardó los lances de recibo y quites, toda idea y oportunidad se la guardó para el tercio de muleta, ya que su primer socio no estaba para hacerle fiesta ni dudarle un segundo. Fabián le plantó cara con firmeza, extrajo muletazos de un mérito sorpréndete, ya que el de San Marcos no tenía la franqueza en su andar y no dejaba de mirar al torero, amén de traer la cabeza suelta. A base de estarle insistiendo y atacando, el socio comenzó a dar de sí y ante ello Fabián intentó arrimarse para encelar al toro y demostrar que era suya la situación, pero Tango, que no estaba para cositas, le pegó un arropón del que Barba se salvó de milagro. Tras este incidente mejor decidió cortar la labor, pero ya él hidrocálido puso el mayor condimento de una faena repleta de entrega y emoción. Aplausos y salió al tercio.

Barba tuvo la idea y empeño ante su segundo oponente, pero el rompecabezas que le puso en la mesa su socio no fue nada sencillo. Y no le encontró la cuadratura por ningún lado. Complicado este animal. Mal con la espada.

CUESTA ARRIBA

Pepe Murillo, sin qué destacar más que una larga cambiada de hinojos en los saludos capoteros ante el primer astado de su lote, se topó ante la debilidad que dejó como primera impresión el San Marqueño. Fue reservón su socio, no se animó por completo a embestir, pero cuando lo hizo el torero hilvanó una tanda al natural de muy buena manufactura, lo mismo que por el pitón derecho, alargando el pase gracias a que el toro se desplazó de largo en esos instantes. Finalmente el toro acusó esa debilidad que no le dejó y sucumbió. Mal con la espada el torero.

Murillo salió con toda la disposición en su segundo astado, al que recibió de gaoneras precisas y en corto terreno. Con la muleta comenzó con buenas intenciones, luego la duda le comió terreno y ya no se sobrepuso a la exposición del toro. Mal matando.

DESTACAR

Los tres matadores fueron llamados al tercio tras el paseíllo. El torilero José Ignacio Flores se despidió tras 62 años laborando en este coso. Se desmonteraron los banderilleros Gerardo Angelino y Pascual Navarro.