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4, abril 2017 - 22:53

┃ Tonatiuh Guerra

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MORELIA.- Cual genuino vendedor de “espejitos”, Paco Jémez consumó su primer fracaso en México, luego de que Cruz Azul cayó en semifinales de la Copa MX frente a Morelia y concretó así el enésimo fracaso para la institución celeste. El golazo del “Pípila” Vilchis catapultó a Monarcas a la gran final del certamen, y sólo espera al vencedor de hoy entre Monterrey y Guadalajara, para pelear por el trofeo copero.

El logro michoacano se da en paralelo con el drama del descenso en el que está inmiscuido, pero el éxito a costa de los cementeros, en el estadio Morelos, ayudará anímicamente para aspirar a la salvación.

En contraste, La Máquina lo volvió a hacer. Hizo añicos las ilusiones de sus seguidores, quienes soñaban con una final de la Copa MX, pero de último minuto -como acostumbra- tropezó ante Monarcas por la mínima diferencia.

La derrota deja mal parado al estratega español, Francisco Jémez, de por sí blanco de críticas por el mal paso del equipo en el certamen de Liga, donde ocupa los últimos lugares, además de estar involucrado también en el tema del descenso, con apenas nueve puntos por encima del Veracruz.

El cuadro cruzazulino podría quedarse como el perro de las tres tortas: sin Copa, sin Liga y, peor tantito, sin Primera División. Ahora estos equipos se enfrentarán nuevamente, pero dentro de la Liga MX, en la cancha del estadio Azul, en duelo determinante por el no descenso, en el que los dos están inscritos.

CERO CONTUNDENCIA

Cruz Azul es de esos clubes que se complica la vida como ninguno. Con los fantasmas, las críticas y las burlas a cuestas, La Máquina saltó a la cancha del Morelos con el deseo de sacudirse la presión que los ahoga desde hace más de 19 años.

Desde el silbatazo inicial de Diego Montaño, Monarcas intentó imponer su estilo, el cual se basó en la velocidad de Penilla y Osuna por las bandas, en busca de un remate de Sansores, pero los celestes los tenían bien estudiados, así que toda jugada de peligro sobre el marco de Corona era solventada por el “Cata” o Velázquez.

Con el paso de los minutos, Jémez adelantó líneas y consiguió hacerse del esférico, gracias al excelente trabajo de Baca y Peñalba, quienes borraron del campo al “Chato” Rodríguez y a David Cabrera, lo que causó que los cementeros fueran insistentes al ataque, para complicar la meta de Sebastián Sosa, quien terminó en figura, pues atajó y desvío todos los misiles visitantes.

Martín Rodríguez realizó un excelente desborde y envió un centro a primer poste donde Ángel Mena, quien ha demostrado ser la mejor contratación celeste, metió un cabezazo que parecía incrustarse en la meta moreliana, pero Sosa alcanzó a reaccionar y con las uñas desvío a tiro de esquina.

Debido a la necesidad y la ambición de llegar a la final de la Copa MX, Cruz Azul buscó por todos lados derrumbar el muro michoacano, pero ni los disparos de Peñalba ni los de Mena fueron capaces de rasguñar el arco tarasco.

Al final del primer tiempo, el “Conejo” Benítez enfrentó en mano a mano a Sosa, quien achicó perfecto y desarmó al delantero, lo que desató la furia de Jémez.

Para el complemento, el español tuvo que modificar por la lesión de Joao Rojas e ingresó a “Chaco” para darle identidad y fortaleza al ataque, pero sin la habilidad y velocidad de Rojas, Monarcas comenzó a rectificar el camino y “apedreó el rancho” azul.

Entonces vino lo mejor, porque los equipos arriesgaron y en medio de un vaivén de emociones en ambas porterías, las emociones llegaron, pero solo una genialidad o un error podría romper el cero, cuando todo parecía que se definiría en los penaltis.

El “Pipila” Vilchis se echó al equipo al hombro y lo llevó directamente a la final de la Copa MX. Rodolfo, quien ingresó para generar peligro por la pradera izquierda, realizó un desborde y cayó en los linderos del área por una patada innecesaria de Mendoza, quien se llevó las manos a la cabeza como adivinando el desenlace de su falta.

Los fantasmas se hicieron presentes en el Quinceo. El “Pipila” cobró de forma soberbia, conectó con parte interna para darle esa comba que necesitaba el esférico para ingresar por el resquicio menos pensado, lejos de Chuy Corona. ¡Golazo!

Los minutos finales fueron cardiacos, Cruz Azul se desbordó al frente en busca de la igualada, al grado de que Corona subió a rematar, pero no pudo hacer nada para evitar la desgracia. El duelo culminó con el silbatazo final y con ello el “¡Morelia, Morelia!” de su público, lleno de alegría y gozo por tener en sus manos la posibilidad del título de Copa MX, al instalarse en la final. Y Jémez tendrá que preparar valijas, porque este fracaso puede ser muy costoso para la institución.