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12, abril 2017 - 19:49

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POR OMAR PÉREZ DÍAZ / SOL DE HIDALGO
FOTOS: ÉRIK ESTRELLA / ENVIADO ESPECIAL

PACHUCA.- Morelia se revuelve como gato boca arriba. En su desesperada lucha por salvarse, Monarcas le birló un punto al Pachuca, empatando sin goles en el estadio Hidalgo.

Sí, ante una grada llena, los Tuzos fueron incapaces de anotar (ya van cuatro juegos en blanco) y le han dado algo de vida a los michoacanos en su batalla.

La igualada, en un encuentro con emociones pero sin explosión, le sirve de muy poco a los blanquiazules, que se han ido abucheados de casa, con todo y la marca que rompieron como locales. Con 19 unidades, los de Alonso se rezagan en la carrera por clasificar. Los de Hernández se quedan con 18, dando brazadas para salvarse.

FORTUNA MICHOACANA

Los postes jugaron, esta vez, en favor de Morelia. Al menos en el primer tiempo, Monarcas no se vio abajo en el marcador porque dos veces el balón fue rechazado por el marco de su portería. Primero fue un disparo colocado de Jara el que dio en la horquilla; luego un derechazo de Guzmán que hizo retumbar el poste derecho.

En esas dos ocasiones se estrelló el dominio que Pachuca impuso frente a Morelia en los primeros 45 minutos. Los Tuzos no resintieron mucho la ausencia del “Chucky” Lozano, pues tuvieron el futbol y la iniciativa suficiente para tener a su rival acorralado, contra la pared. Y los visitantes, aguantando, jugando a un error. La mejor oportunidad que tuvieron estuvo en los botines de Ruidíaz, con el arco abierto, pero voló su definición.

Fuera de esa aproximación, los de Roberto Hernández optaron por especular, reculando ante las embestidas blanquiazules. Soportaron el 0-0 hasta el descanso porque la fortuna les ayudó y también porque su arquero, Carlos Rodríguez, hizo los deberes, atajando algún disparo de López y, el más peligroso, de Aguirre, con un manotazo providencial.

Así, el empate sin goles les supo a gloria en el medio tiempo. Poca cosa para Pachuca, la verdad.

Casi nada cambió para el complemento. Pachuca siguió con su monólogo ofensivo. Una y otra vez, intentando, buscando caminos y ejecuciones para tratar de superar los guantes de Carlos Rodríguez. Lo hizo por izquierda, por derecha, de media distancia… en fin, con toda la imaginación que tenía.

Sin embargo, el guardameta se tiraba de un lado a otro; enorme para desviar una llegada de Urretaviscaya; seguro ante las incursiones de Aguirre, que pisaba con mucha facilidad él área. Diego Alonso probó hacer algo distinto con el ingreso de JJ Calero, porque el juego daba para eso. Morelia no alteraba su postura de esperar y encontrarse con algo adelante, con mucha tibieza.

Siguieron las modificaciones tuzas con Figueroa y Rodríguez, tratando de descolocar a la defensa michoacana, con poco éxito.

Contrario a la intención de la banca local, el Pachuca fue a menos en intensidad y en futbol, nada para inquietar, como lo hicieron antes, a Monarcas. Acabaron por aburrir a todos.

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