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30, abril 2017 - 22:12

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POR MARYSOL FRAGOSO

ENVIADA ESPECIAL

FOTOS: CORTESÍA DE TADEO ALCINA

AGUASCALIANTES, Ags.- La terna de toreros nacionales que se anunció para esta corrida en la Monumental, produjo un lleno. En el marco de ese primoroso con público de buen talante, Joselito Adame y Octavio García “El Payo” consiguieron estupendas faenas que coronaron con el corte de valiosas orejas, en tanto, Fermín Rivera, siempre dispuesto a conseguir el triunfo con su toreo clásico y fundamental, no coronó con la espada.

En este cartel se reunieron dos de los máximos triunfadores de la feria, toda vez que “Payo” había salido a hombros tras cortar dos orejas en días pasados; mientras que Joselito Adame traía en su palmarés tres apéndices del mano a mano frente a Sebastián Castella. Y desde luego que ver anunciado a Fermín Rivera, es garantía de ver el buen torear.

TOROS SERIOS

Se lidiaron toros de Fernando de la Mora, bien presentados pero que dieron juego variado. La mayoría resultó medido de fuerza por lo que apenas recibieron un leve puyazo. El primero tuvo calidad; el segundo fue peligroso al extremo; el tercero se dejó torear; el cuarto deslucido; el quinto, bueno y recibió arrastre lento; el sexto, tuvo nobleza.

DOBLE RATIFICACIÓN

Joselito Adame presentó en esta tarde dos facetas: ante el peligroso segundo se vio como un torero poderoso y con dominio en su muleta y con el quinto se desenvolvió como el torero que ejecuta faenas de apasionamiento que mueven multitudes. Ese segundo desde que salió de toriles se coló peligrosamente por el lado izquierdo en la búsqueda de prender al torero que con valentía y firmeza le aguantó los derrotes que se prolongaron a lo largo del trasteo el cual inició con doblones por bajo para tratar de doblegar la intención de cornada. Cada tanda fue una pelea férrea del torero hidrocálido para obtener un pase tras otro. En el aire se respiraba el olor a cloroformo pues para ese momento el toro tiraba cornadas al pecho del coleta que sin dudar puso la vida en vilo con tal de partir el bacalao con temerarios pasajes. Tras un pinchazo y dos descabellos se retiró entre palmas.

Con el quinto armó la marimorena y terminó por cortar una oreja entre bronca al juez por no conceder la segunda. Esta faena tuvo gran verdad. José recibió con una larga de rodillas cerca de tablas y luego verónicas. La labor con la muleta se dio con pases por alto cerca de tablas y luego en el tercio con tandas a media altura por el pitón derecho. El toro rompió a más, Adame no buscó el triunfo fácil, por el contrario acalló a la banda musical para ejecutar tandas de naturales entre el silencio y el respeto del coso.

Tras varias tandas de mano izquierda desmayada, fue la gente la que exigió de forma reiterada a los músicos que hiciera sonar la Pelea de Gallos. Así empezó una segunda parte de una faena que fue larga e intensa. Decidió entrar a matar recibiendo y en el embroque su rostro se topó de lleno con el morrillo de su socio para salir tinto en sangre tras lograr que el acero entrara por completo en el cuerpo del astado que rodó de inmediato por la arena. Este toro recibió arrastre lento y Joselito cortó una oreja que legitima un triunfo sin concesiones ni fantasía, sino en el de un torero toda verdad que cada día va a más.

FAENAS CONTRASTADAS

“El Payo” debió apostar con el tercero al toreo de cernías y con sexto al de relajación, estética y arte. Salió espoleado y con hambre de triunfo. Lo patentizó con el tercero al torear con suavidad con el capote y luego al iniciar su labor con la sarga con el pase de las flores. Se fue metiendo con el toro y lo sobó y sobó hasta conseguir que se rindiera ante un accionar poderoso. Una vez domeñado ese morito, “Payo” logró tandas que tuvieron un fondo muy valioso. Más adelante, el toro iba camino a pararse por que este torero debió permitir que los astifinos pitones del toro pasaran a milímetros de su cadera y de sus muslos. Tras media estocada que fue suficiente, saludó en el tercio.

Con el sexto que mostró fijeza y buena embestida, se empleó a fondo por el pitón derecho en una labor templada, con reposo de muy buen gusto, en una armonía perfecta con el astado, hasta llegar a conseguir pases de vuelta entera con los que exaltó los corazones del público. Abrochó con estocada entera para cortar una oreja.

FALLÓ CON EL ACERO

La cadencia y clase del toreo que realiza Fermín Rivera, estuvo presente en la arena a lo largo de la corrida. Al primero lo toreó en todo momento en la boca de riego. Ahí, en el centro del redondel donde pesan los toros en una muestra de decisión por subir al carro de los triunfadores. De media faena de muleta hacia adelante, su toreo fue de pleno acoplamiento con su socio de cuatro patas. Perdió la oreja al no estar presto con la toledana. Escuchó palmas al igual que con el cuarto. A ese, su segundo, que fue un toro deslucido, logró torearlo con acierto y finas maneras. Remató con media estocada y aunque el público reconoció su mérito no logró sumar oreja alguna a su espuerta.

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