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7, mayo 2017 - 1:09

┃ José Luis Camarillo

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LAS VEGAS, Nevada.- Es un hecho: el “Canelo” por fin contenderá con el kazajo Gennady “GGG” Golovkin el próximo 16 de septiembre.

Había tanta seguridad por parte del “Canelo” y su equipo, encabezado por Óscar de la Hoya y sus mentores Chepo y Eddy Reynoso, de que el desafío contra Julio César Chávez júnior sería solamente “un paso más” en su fulgurante trayectoria, que por lo visto tenían todo preparado para el anuncio más importante o el que la prensa y el público del mundo esperaban.

Una vez que Julio Jr. y su séquito abandonaron el ring, las pantallas alrededor de la T-Mobile Arena se iluminaron al mismo tiempo que el imbatido “GGG” Golovkin subía al reducido escenario entre las cuerdas para colocarse frente al ídolo jalisciense y pactar, al menos en forma oficial porque es obvio que tuvieron que alcanzar un acuerdo previo, ese combate que puede romper nuevamente las marcas de pago por evento, de taquilla y otras que pueda usted imaginar.

15 MILLONES

Se habla de que Golovkin fue convencido por una bolsa neta y única, es decir sin derecho a un porcentaje del pago por ver y otros ingresos de comercialización, de 15 millones de dólares, una suma que no obtendría contra ningún otro rival.

Por su parte, las posibilidades del “Canelo” son incalculables en cuanto a ganancias para convertirse en el peleador mexicano más rico de todos los tiempos. No andan errados los que mencionen el doble de los 30 millones que probablemente se llevó este sábado.

La danza de millones la comenzó Pipino Cuevas cuando cobró una cifra hasta entonces imposible de pensar para un azteca, contra Tommy Hearns, y que luego imitó el inolvidable Sal Sánchez contra Wilfredo Gómez.

No podemos dejar de mencionar la proeza de Humberto “La Chiquita” González, presente en esta celebración de la fiestas el 5 de Mayo en Las Vegas, como siempre lo hace, ya que fue el primer peso chico de la historia que se embolsó un millón de billetes verdes en ocasión de su segundo pleito contra Michael Carbajal, por las diademas universales de peso minimosca del WBC.

Con lo anterior, queda consolidada nuestra opinión de que Álvarez fue sincero al expresar ante 15 mil aficionados que acudieron en aquella oportunidad, hace un año exactamente, que deseaba medirse con Golovkin después de fulminar a Amir Khan en este mismo sitio.

Empero, no era el momento “financieramente adecuado” porque es natural que Álvarez no quisiera concederle una tajada mayor de dinero porque el punto de máximo atractivo de la ecuación es precisamente el mexicano. Luego vendrían desempeños de poco brillo de Golovkin que condujeron a que el kazajo “doblara las manos” y quedara pactada la pelea que paralizará otra vez a México. (José Luis Camarillo/Enviado)

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