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20, mayo 2017 - 12:56

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netflix

POR ALEXIS GRIVAS

ENVIADO ESPECIAL OEM

CANNES, Francia.- Escandaloso resultó el cierre del día de ayer y otro tanto lo fue el inicio de ayer viernes.

Anoche el escándalo que puso a la Croisette de pie fue la decisión de la controvertida y derechista ministra de cultura israelí Miri Regev de presentarse en el tapete rojo para la función de gala de noche llevando una larga falta bordada en su parte inferior con una vista panorámica de Jerusalén en referencia directa a la intransigente posición del gobierno Netanyahu que quiere trasladar la capital de Israel en la Ciudad Santa algo considerado como un acto de alto poder provocativo hacia los palestinos, quienes se oponen a tal medida.

Ayer por la mañana el estreno de la película con la que se inició el programa de competición en la proyección para la prensa causó otra revuelta, aunque por razones que esta vez tienen que ver con las políticas de producción y sobre todo de distribución del cine a nivel mundial.

La película en cuestión es “Okja”, dirigida por el coreano Bong Joon Ho y la razón del revuelo es que desde días ya ocupa los medios y los profesionales sobre tanto los franceses tiene que ver con el gigante estadounidense de contenido digital Netflix, productor del filme. Los distribuidores franceses al conocerse la selección en competición de dos películas de Netflix, la segunda siendo “Las historias de Meyerowitz”, dirigida por Noah Baumbach, que se estrena aquí en días posteriores, pusieron el grito al cielo por el hecho que de acuerdo a la política de Netflix, estas películas no se distribuirían en los cines tanto franceses como de otros países siendo estrenadas exclusivamente en forma digital para los abonados de Netflix.

El asunto ha generado ya desde el inicio del festival reacciones variada y controvertidas. La dirección del certamen anunció su intención de adaptar la reglas de admisión de las películas en competición exigiendo que las películas seleccionadas deberían tener la posibilidad de tener estrenos a las salas de cine, el jefe de Netflix respondió rechazando las acusaciones seguido por Ho quien aseguró que su película saldrá en salas de Estados Unidos y de Inglaterra a la vez que dentro del mismo jurado oficial su presidente Pedro Almodóvar y uno de sus miembros el actor norteamericano Will Smith expresaron puntos de vista opuestos con el primero llegando a afirmar que él no votaría para la Palmas de Oro a una película que no tendría exhibición normal en la salas.

Para hacer las cosas peores el inicio de la película fue saludado con protestas y nutridos chiflidos cada vez que aparecían en pantalla los créditos de Netflix durante la presentación matutina para la prensa además de que a raíz de una deficiencia técnica -esto puede pasar hasta en un lugar como el prestigioso festival de Cannes-, después de diez minutos se interrumpió la proyección reanudándose después de otros tantos minutos.

Ahora bien tratándose de la película en si dudo mucho que si todo esto no habría sucedido uno tendría una impresión diferente al término de su presentación. Ni mas ni menos se trata de un filme bastante flojo aunque dirigido por un cineasta que en el pasado había ofrecido películas interesantes como “La madre” en 2009 y “The snowpiercer” en 2013.

La malo con “Okja”, en el que interviene la conocida actriz inglesa Tilda Swinton en el papel de Lucy Mirando, una despiadada empresaria que pretende tener preocupaciones ecológicas y altruistas, es que nunca se decide si se trata de una sátira del Mundo de las multinacionales o de un filme de corte “familiar” donde una chica trata de salvar a “Okja” su amigo, que es un puerco de tamaño sobrenatural de las manos del “imperio” multinacional Mirando.

Seria si como si tenemos que vernos con una película de corte Disney con preocupaciones ecologistas.

Sin intereses y hasta uno se podría preguntar cuáles son las verdaderas razones por las que este filme fue seleccionado en competición y que si al fin de cuentas todo este escándalo no le viene a guante a Netflix que aprovecha de esa manera de una publicidad gratuita que le costaría millones y millones para pagarla.

Sería en Un Certain Regard y en las secciones paralelas donde encontramos el día de ayer las ofertas más interesantes del certamen. En la primera sección después de la poco prometedora inauguración de ayer con la producción francesa “Bárbara”, la película iraní “Un hombre de integridad”, de Mohammad Rasoulof, causó una muy grata impresión. Se trata de la historia de un campesino quien trata de salvar su pequeño lote y su negocio de una influyente compañía privada que, secundada por las autoridades locales y su ejército privado de guardias se esta haciendo paulatinamente de los terrenos de todos los campesinos de la localidad. Rasoulof, es el cineasta iraní quien junto con su colega Jafar Panahi se encuentra a la mira de las autoridades de su país que les imponen restricciones a su trabajo y a sus desplazamientos dentro y fuera de su país. Se trata evidentemente de una película que adopta una posición crítica en relación a la situación social de su país y donde la fuerza y la efectiva austeridad con la que esta realizada recuerdan mucho el Leviathan (2014) que trataba un tema similar dirigida por el ruso Andrey Zvyagintsev cuyo último filme “Sin amor” vimos aquí en competición hace apenas dos días.

La primera producción latinoamericana que se presenta este año aquí se estrenó en la Semana de la Crítica (SIC). Se trata de “Los perros”, donde la chilena establecida en Francia Marcela Said, que pasa del documental a la ficción, sigue con su disección de la sociedad chilena de hoy y de sus lazos y relaciones oscuras y dudosas con el régimen Pinochet. Entre sus anteriores películas con temática semejante se encuentran, “El verano de los pescados voladores”, “El mocito” y “I love Pinochet”.

En la Quincena de la Critica América Latina presento la primera película hasta ahora.

Igualmente en la SIC la interesante tercera película de los realizadores italianos Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, Una historia siciliana de fantasmas, que, al igual que su seguno filme “Salvo” con el que llamaron la atención, trata el tema de la mafia y de sus repercusiones en la vida de los habitantes de su país.

La otra película italiana del día, “A ciambra”, segundo largometraje de Jonas Carpignano, estrenada en la Quincena de los Realizadores, que narra el difícil paso de un niño a la adolescencia dentro de la comunidad Roma en la isla de Calabria parece confirmar que, también a raíz del resto de las películas próximas a estrenarse en el certamen los días que vienen estamos a punto de presenciar un espectacular surgimiento de una nueva generación de cineastas italianos. Anotemos que Carpignano es el realizador de “Mediterránea”, su primer largometraje de ficción con temática relativa a los refugiados de Oriente Medio y de África que tratan de llegar a Europa. Un filme potente y atormecedor que impresión en su estreno en la SIC de Cannes en 2015.

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