Este sábado en Culiacán, Lobos BUAP se proclamó como el equipo máximo de la Liga de Ascenso y consiguió el boleto a la Primera División, de la mano de un joven técnico, Rafael Puente Jr., quien le dio una nueva fisonomía a esta escuadra, después de deambular de media tabla para abajo.

No podemos tapar el sol con un dedo, la labor del hijo del “Wama” Puente al frente de esta escuadra es más que significativa. De sufrir prácticamente para no irse a Segunda en torneos anteriores, ahora este estratega le brindó la gloria del ascenso, algo que ni en la misma casa de estudios poblana pensaban.

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La confianza que le brindó la directiva a Puente, se vio reflejado con la obtención de ocho victorias, que le alcanzaron para meterse a la Liguilla como sexto lugar, y de ahí se enfiló para coronarse y obtener el otro medio boleto para la disputa por estar en Primera División.

Y lo consiguió al aprovechar en todas las series la localía, donde prácticamente fue imbatible.

En una plaza como la poblana, el que subiera Lobos BUAP la refresca y hace ver que el futbol es impredecible y que los buenos técnicos mexicanos nacen y crecen gracias al apoyo de una directiva que se la juega con ellos y que no sólo busca mantener la categoría.