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24, mayo 2017 - 19:39

┃ Guillermo Martínez

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El valor del deporte corre por sus venas, por ello el clavadista Jonathan Paredes se ha convertido en un temerario que rompe las barreras del viento a dos segundos nueve centésimas.

Para el mexicano no es fácil ser un desafiante de la naturaleza, ya que también le impone el mar, pero su disciplina y constancia en los saltos le ha llevado a conocer además algunas partes del mundo, gracias a Orlando Duque, a quien sigue admirando por su fortaleza que tiene y que le transmite en cada competencia.

Jonathan Paredes visitó la redacción del ESTO.

Platicó de sus hazañas, sus temores, sus desafíos, además de su familia que nunca ha querido que lo vean hacer sus clavados en vivo y de su esposa quien le inspira sabiduría y mucho amor para continuar desafiando los vientos y los mares.

Clavadista amateur desde los seis años, y fue a los trece años cuando le invitaron a hacer un show de clavados en la feria de Chapultepec, donde lo visualizó un entrenador que lo invitó a ganarse un dinero haciendo este tipo de encuentros. Así duró casi trece años para después empezar a ser un intrépido que a pesar de tantas participaciones, es muy respetuoso de las plataformas y de los mares donde se sumerge no sin antes recomendarse al ser supremo para que nada grave le pase.

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“No hay proceso en el mundo donde te estés preparando desde los 27 metros. Siempre estás tirándote desde los diez metros hasta que llega la competencia principal. No existe alguien con experiencia que nos entrene para estas alturas. Ese es otro de los factores que existen porque en verdad, es algo riesgoso hacerlo”.

Este año competirá de nuevo en el Mundial del Red Bull Cliff Diving, que consta de seis etapas, donde el ya ganó el segundo lugar mundial, el año pasado, y los sitios pueden ser desde un lago o el mar, donde el principal enemigo para ellos es el viento.

“En esos instantes no sabes quién está viendo las competencias. Es tanto el miedo que da, que solo te concentras en que debes hacer bien el salto. Es una gran desconexión de todo, porque un riesgo de error es la muerte. En todos los saltos arriesgas la vida. He visto personas con una accidentes impresionantes que jamás regresan a esta actividad”.

Paredes Bernal impacta al mundo, a los seguidores del deporte extremo, pero es algo que no recomienda a la gente a que lo haga.

“Se necesita tener mucho valor. Solo tienes un traje de baño puesto y la bendición de Dios para lograr el objetivo. Mi salto consta de cuatro vueltas y dos giros, los cuales deben ser perfectos, porque te puedes reventar por dentro y quedar parapléjico”.

Moisés Rosas

Así, las anécdotas de Jonathan dejan admirados a quienes lo escuchamos, imaginando el próximo salto que dará y que tal vez seamos parte de esa historia.

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